En todas las casas suelen haber cosas que no sabemos dónde poner, que tenemos que tirar y que nos generan dudas porque no tenemos idea de dónde llevarlas o a quién regalárselas. Con la idea de reciclar y reaprovechar aquello que no nos sirve pero puede ayudar a otros, el sábado 29 de junio en Roldán se llevará a cabo una nueva edición de La Recipop, donde vas a poder intercambiar lo que lleves por un plantín.
¿Qué se puede llevar? Plásticos, metales, gomas, madera, vidrios, cartón y electrónica. También reposeras rotas, baldes y mangueras.
La cita es en Eva Perón y Cullen de 15 a 17, en Tierra de Sueños 2. El evento está organizado por la Vecinal Tierra de Sueños y el área de Ambiente de la municipalidad.
Estas acciones se enmarcan en un plan de acción de cuidado medioambiental, que es muy importante para la zona.
La Recipop ya se realizó en distintos barrios y siempre con el mismo fin: destacar la relevancia del cuidado del ambiente y convertir a todos los ciudadanos en verdaderos voluntarios ambientales.
Los plantines que las personas pueden llevarse también se plantan en el playón y sector de juegos, zonas que necesitan mayor forestación.
Se trata de crear "infraestructuras verdes" que a lo largo del tiempo otorguen sombra, oxígeno y mayor salud a los pobladores. Disminuir el efecto invernadero y contrarrestar el crecimiento de las estructuras urbanas.
En La Recipop además se enseñan técnicas de reciclaje, de separación de residuos, habrá sorteos y actividades lúdicas para que todos los habitantes de Roldán se acerquen.
Promueven un arbolado público sano
La Municipalidad de Roldán alienta estas actividades desde el área de Medio Ambiente donde "promueve un arbolado público sano y contribuye de forma directa a una mejor calidad de vida en la ciudad".
Los árboles mejoran la calidad del aire ya que son agentes activos que reducen la contaminación atmosférica, generan oxígeno, absorben dióxido de carbono y retienen polvos y partículas que se mantienen en el aire.
Tienen la capacidad de reducir el ruido que se produce en la mayoría de las grandes ciudades, por tráfico, sirenas, gritos u obras, actuando como aislantes acústicos a través del follaje.
Regulan y actúan sobre el clima, ya que aumentan la humedad del ambiente y disminuyen la temperatura en verano y la aumentan en invierno, y pueden constituir pantallas contra el viento, la lluvia, el granizo o los rayos solares.
Los árboles que no están rodeados de hormigón y cemento, purifican las aguas que se filtran por el suelo, pues sus raíces actúan como descontaminantes, reteniendo nutrientes y agentes patógenos.
Sirven como morada de aves y muchos otros seres vivos, que habitan o estacionan en las ciudades y proporcionan bienestar a la comunidad a través de beneficios estéticos, sociales y psicológicos.
Por eso, "promover un arbolado público sano y suficiente, y que no presente conflictos de convivencia con la infraestructura urbana o con sus habitantes, requiere una gestión forestal responsable y constante", afirman desde el municipio.
También se necesita una planificación que debe ser fruto de un trabajo multidisciplinar y con participación ciudadana.