Cataluña seguirá intervenida por Madrid si el independentista Carles Puigdemont intenta gobernar la región desde Bruselas, advirtió el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy.
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Cataluña seguirá intervenida por Madrid si el independentista Carles Puigdemont intenta gobernar la región desde Bruselas, advirtió el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy.
En un acto en Madrid con miembros de su formación, el Partido Popular (PP), Rajoy advirtió que el futuro presidente catalán "tiene que tomar posesión" del cargo "físicamente". Los juristas del Parlamento catalán coinciden con este criterio.
"No se puede tomar posesión desde Bruselas y si lo hace, el artículo 155 seguirá en vigor", declaró el gobernante, en relación al artículo de la Constitución que le permite controlar directamente la región rebelde desde el 27 de octubre, fecha de la fallida declaración de independencia. En principio, esta excepcional intervención tenía que perdurar hasta la formación de un nuevo gobierno en Cataluña, después de que Rajoy destituyera ese mismo día al ejecutivo independentista de Puigdemont.
El partido de "Rajoy sacó cuatro diputados el 21 de diciembre y continúa gobernando Cataluña desde Madrid", le respondió Puigdemont en Twitter haciendo referencia al mal resultado del PP en los últimos comicios catalanes. "Que sea demócrata y respete la decisión del Parlamento de Cataluña de restituir el gobierno" cesado. Pero el problema que tiene Puigdemont va mucho más allá de Rajoy.
Aunque Puigdemont es el principal candidato a presidir nuevamente Cataluña después de que los independentistas renovaran su mayoría absoluta en las elecciones del 21 de diciembre. Pero la formación individual más votada fue la unionista y liberal Ciudadanos, aliada del gobierno de Mariano Rajoy.
El exilio en Bélgica de Puigdemont se explica para huir de la prisión: en España sería arrestado por los delitos de rebelión y sedición por su papel en el proceso de secesión ilegal de Cataluña. Por esto, su coalición, Juntos por Cataluña, quiere que defienda su programa en una sesión de investidura por videoconferencia o mediante un discurso leído por otro diputado. Pero dentro del frente separatista hay muchos que no aceptan estaestrategia, muy débil jurídicamente.
Juristas catalanes, en contra
Los servicios jurídicos de la propia Cámara parlamentaria catalana rechazaron ayer en un informe estas opciones, alegando que la asistencia de los protagonistas es "imprescindible".
En el informe, los letrados señalan que la investidura está organizada de tal manera que "sin la participación directa y personal del candidato le faltaría un elemento esencial del procedimiento, sin el cual no podría cumplir su función".
Los aliados de Puigdemont de Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), el segundo partido independentista, tampoco ven bien esta opción, dado que prolongaría la intervención. Su portavoz Sergi Sabria aseguró que están estudiando "todas las vías" posibles para investir a Puigdemont de tal manera que no pueda ser frenada ni anulada por la Justicia. "No recuperar las instituciones es consolidar el 155", aseguró Sabria.Sin embargo, fuentes del partido se muestran desde hace días escépticas sobre la viabilidad de la investidura a distancia propuesta por Puigdemont.
A través del artículo 155, Rajoy frenó el intento de secesión en Cataluña tomando el control, destituyendo a todo el Ejecutivo de Puigdemont y disolviendo el Parlamento para convocar las elecciones de diciembre.
La nueva Cámara debe constituirse el miércoles 17 y antes del 31 de enero debe celebrarse el primer debate de investidura para escoger al presidente.
Además de los problemas para investir a Puigdemont, los independentistas también deben buscar la manera de asegurarse la mayoría absoluta en la cámara. Si bien lograron 70 escaños sobre 135, ocho de sus diputados se encuentran en prisión o en Bruselas.
El Tribunal Supremo denegó el permiso a los tres encarcelados para asistir al debate, pero al menos podrán pedir al órgano rector del parlamento delegar su voto en otros diputados.