El ex mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, favorito en todas las encuestas como candidato presidencial, aseguró que sería "un fraude" que la Justicia le impidiera el 24 de enero postularse en las elecciones de octubre y criticó que el proceso abierto contra él sea "más político que jurídico". "Si se prohíbe ser candidato a Lula por una decisión política del Poder Judicial, sería un fraude", dijo en San Pablo. "Intentar crear un proceso jurídico para evitar que alguien sea candidato es poco democrático", añadió, como si se sintiese a un paso de su regreso a la presidencia, e incluso dijo que eso podría "facilitar una recuperación de la izquierda" en toda América latina.
A menos de una semana para que un tribunal brasileño decida si ratifica o anula la condena a nueve años y medio de prisión que le impuso en primera instancia el juez Sergio Moro en el marco de un supuesto caso de corrupción, el ex mandatario dijo estar "con la tranquilidad de los inocentes". Una ratificación de esta sentencia implicaría la inhabilitación del ex presidente brasileño como candidato, favorito en todos los sondeos electorales. "Si tuviese el 1% en las encuestas, nadie querría inhabilitarme, el pueblo me inhabilitaría. Voy a intentar que el pueblo sea el gran jurado de la democracia de este país. Por eso no puedo desistir", dijo. "No estoy luchando para ser candidato, estoy luchando para probar mi inocencia. Y no quiero ser candidato para no ser condenado, quiero ser absuelto para ser candidato", añadió.
Lula, de 72 años, arremetió contra quienes le acusan y los acusó, a su vez, de no tener pruebas. Pero el veterano político, de 72 años, dice que va a luchar hasta el final, no solo por llegar a las elecciones, sino para defender su "honor" y conseguir que los que le han acusado "pidan disculpas". Dejó entrever que aunque fuese condenado en segunda instancia apuraría todos los recursos legales para poder disputar la presidencia, e insistió en que las acusaciones contra él no tienen más fundamento que el deseo de una parte del sistema judicial y de grupos de comunicación de apartarle de la política. "Todo comenzó con una mentira, una información en el diario O Globo que decía que ese departamento (que supuestamente le dio una constructora acusada de corrupción) era mío. A partir de ahí, la policía, el ministerio público y el juez Moro (principal instructor de la causa Lava Jato, la gran operación contra la corrupción en Brasil) construyeron una acusación mentirosa, dijo.