París.— La policía allanó ayer la casa y las oficinas del ex presidente francés Nicolas Sarkozy, como parte de una investigación judicial sobre las relaciones financieras entre su partido y la mujer más rica del país, la heredera de L'Oreal Liliane Bettencourt. Se trata del primer problema legal para Sarkozy, que fue derrotado en las elecciones presidenciales del 6 de mayo tras cinco años en el poder, durante los cuales disfrutó de inmunidad judicial. Esa protección expiró a mediados de junio.
El abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, dijo ayer que el allanamiento, que se produce un día después de que su cliente partiese hacia Canadá para unas vacaciones, no revelará nada, y que él ya había enviado información a los investigadores que desmentían las sospechas de reuniones secretas con Bettencourt. "Estos allanamientos (...) resultarán inútiles", afirmó Herzog en un comunicado.
El caso Bettencourt se centra en los vínculos financieros entre el partido de centroderecha de Sarkozy, el UMP, y la heredera del imperio de cosméticos L'Oreal. Los investigadores están intentando establecer si la campaña electoral de Sarkozy en 2007 fue financiada ilegalmente.
Herzog dijo que los magistrados que investigan si Sarkozy recibió fondos de campaña de Bettencourt, que se encuentra en un frágil estado mental, ya habían recibido detalles diarios de todas las citas de Sarkozy durante 2007.Esos detalles, sostuvo, "demuestran que las supuestas «reuniones secretas» con la señora Liliane Bettencourt eran imposibles".
El predecesor de Sarkozy, Jacques Chirac, que gobernó Francia entre 1995 y 2007, recibió en diciembre una sentencia en suspenso de dos años de cárcel después de que un tribunal lo declaró culpable de malversar fondos públicos con propósitos políticos cuando era alcalde de París.
François Hollande, que derrotó a Sarkozy en los comicios de mayo, ha prometido cambiar las leyes en Francia durante su gobierno para que la ley deje de tratar a los presidentes de forma distinta a otros ciudadanos en asuntos que precedan a su tiempo en el cargo.
Más cuentas pendientes. Sarkozy, de 57 años, que ha adoptado una posición discreta desde su derrota, se enfrenta a una serie de problemas legales ahora que ya no es jefe de Estado.
Unos días después de que expirase la inmunidad que le otorgaba la Constitución, un abogado anunció una demanda formal a cerca de otro asunto de financiación sobre el que quiere que responda Sarkozy.
Esa demanda procede de un abogado que representa a víctimas de un atentado en 2002 en Karachi, que según los investigadores podría estar relacionado con un antiguo caso de corrupción y financiación ilegal de partidos.
En el llamado "Asunto Karachi", los investigadores intentan desentrañar los acuerdos de intermediarios y posibles sobornos vinculados con la venta de submarinos franceses de clase Agosta a Pakistán en los años 90.
Ese contrato fue negociado y firmado mientras Sarkozy era ministro y portavoz de un político que se presentó sin éxito a la presidencia en 1995, Edouard Balladur.