Milicianos palestinos del grupo Hamas bombardearon zonas pobladas del sur de Israel con más de 300 cohetes y granadas de mortero. El ataque palestino provocó al menos 53 heridos y un fallecido. La cuenta incluía a los pasajeros de un colectivo que fue destruido con un misil antitanque. Israel respondió con bombardeos aéreos de 70 objetivos en la Franja de Gaza, en la peor escalada bélica desde la guerra de 2014. La violencia se desató por una incursión de comandos israelíes que el domingo a la noche mataron a un alto mando militar de Hamas y varios milicianos.
Los más de 300 cohetes lanzados desde Gaza, dejaron al menos 53 heridos de diversa consideración, según el cálculo que hacía anoche el diario Haaretz. Poco después sumaba un hombre fallecido en Ashkelón, ciudad del sur de Israel muy castigada por los cohetes palestinos. El sistema antimisiles Iron Dome abatió unos 60 cohetes de los más de 300 lanzados. Posteriormente, ya de noche en la región, llegó la ofensiva aérea israelí. Más de 70 objetivos fueron atacados por los cazas israelíes, y el número podría aumentar durante la noche. A los aviones se sumaron tanques y helicópteros armados.
Autoridades palestinas informaron que por lo menos tres personas, incluidos dos milicianos, murieron a causa de los bombardeos israelíes de anoche y que nueve resultaron heridos. Un ataque aéreo de Israel destruyó la televisora de Hamas y otro alcanzó la universidad. Los militares israelíes se concentraron en el norte y sur del territorio. Entre los objetivos figuraban centros de mando de Hamas y túneles, que la formación extremista utiliza para infiltrarse en el sur de Israel y traer armas desde Egipto.
La operación militar de comandos israelíes del domingo se realizó en el sur de Gaza y dejó siete milicianos de Hamas y un comandante muertos. Los israelíes sufrieron la muerte de un teniente coronel, quien al parecer iba al mando del grupo comando.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reunió de emergencia al gabinete de seguridad para abordar la escalada. Hamas y el grupo aliado Jihad Islámica reivindicaron los ataques con cohetes y afirmaron que fueron en venganza por la incursión militar israelí.
Los enfrentamientos ponen en duda un acuerdo informal intermediado por Egipto y las Naciones Unidas dirigido a reducir las tensiones. Un día antes, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu había defendido el acuerdo y dijo que estaba haciendo todo lo posible para evitar otra guerra.
Las fuerzas de comandos encubiertas aparentemente estaban en una misión de reconocimiento, cuando fueron descubiertas varios kilómetros dentro del territorio de Gaza, lo que desató un enfrentamiento que provocó la muerte de los siete milicianos, incluido un comandante de Hamas, y del oficial israelí.
El lunes al atardecer, los palestinos lanzaron más de 300 cohetes, 100 en menos de una hora. Fue el bombardeo más intenso desde la guerra de 50 días de hace cuatro años.
Los cohetes continuaban siendo disparados por los palestinos durante la noche, iluminando el cielo sobre Gaza y activando las sirenas de alerta en Israel. Las autoridades israelíes ordenaron a la población civil estar cerca de los refugios antiaéreos, que son obligatorios en todas las casas del sur de Israel. El mando militar informó que los aviones de combate, helicópteros y tanques habían atacado complejos militares, puestos de vigilancia y depósitos de armas. También se destruyó al menos a un equipo que estaba lanzando cohetes. Las fuerzas israelíes enviaron soldados de infantería y tanques, así como unidades de inteligencia a la frontera con Gaza.
objetivo civil. Un colectivo fue destruido por un misil antitanque palestino. Hubo numerosos heridos.