Manifestantes contrarios a la Exposición Universal Milán 2015, que comenzó este mediodía en esa ciudad italiana, causaron desmanes en el centro histórico y mantuvieron violentos enfrentamientos con la policía, que dejaron decenas de autos quemados y numerosas vidrieras comerciales rotas.
Los incidentes generaron la reacción de las autoridades locales que pidieron “aislar y sancionar” a los “idiotas violentos”, causantes del “caos” que empaño la jornada.
Apenas horas después de que el presidente del Consejo de Ministros de Italia, Matteo Renzi, dejara inaugurada la exposición, que se extenderá hasta el 31 de octubre próximo, grupos de manifestantes contrarios a la Exposición y -enrolados en el denominado “Black Block”, lanzaron piedras y bombas molotov contra negocios céntricos, en los alrededores de la Via De Amicis, en pleno centro milanés, bajo la consigna “No Expo”.
Autos prendidos fuego, vidrieras rotas y decenas de manifestantes encapuchados repitiendo consignas antiglobalización fueron parte de la “furia que devastó Milán”, según la describió esta tarde el sitio del diario La Reppublica, y que obligó a la policía a desplegar 2.200 efectivos antidisturbios, informó Corriere della Sera, de los que había 11 heridos al finalizar los disturbios.
Pese al operativo de prevención que había anunciado el ministro del Interior italiano con más de 3.700 efectivos para proteger unos 490 objetivos sensibles en Milán, luego de continuar con los desmanes por las calles céntricas, comenzaron a lanzar piedras y petardos contra los policías en la calle Magenta.
Las cadenas de televisión locales difundieron en directo imágenes de los destrozos provocados con macetas volcadas, muros pintados, puertas y ventanas reventadas y numerosos vehículos en llamas.
“Aislar, identificar, sancionar y sin peros a los criminales que asolan Milán”, fueron las primeras reacciones de las autoridades, que en la voz del alcalde de Milán, Giuliano Pisapia, tratan de contener los incidentes antes del espectáculo, que está previsto en la céntrica Scala de Milán como parte de la inauguración de la Expo.
“Idiotas violentos”, los definió a su vez el presidente de la región de Lombardía, Roberto Maroni, “que sólo necesitan ir a la cárcel”, según dijo en declaraciones que recogía la RAI, mientras que también el alcalde de Roma, Ignazio Marino, transmitió su “solidaridad” con la ciudad norteña, que hacia la media tarde no había confirmado la cantidad de arrestos tras los desmanes.
Algunos de los encapuchados, según la policía procedentes de diferentes países, se desplazaron luego hacia las proximidades de la estación ferroviaria Cadorna, cuyos accesos fueron blindados por los policías, mientras prosigue la tensión en toda la zona.
Según estimaciones de la policía difundidas por los canales italianos, unas 100 personas participaron de los incidentes en el centro de Milán, que incluyeron pedradas y pintadas contra vidrieras de negocios como bancos y locales de comida rápida estadounidenses, además de ataques a la policía.