El reclamo de destituir al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, por su mal manejo de la pandemia, crece y se extiende incluso a su base electoral más fiel: la de las iglesias evangélicas. Responsables de las ramas evangélicas, católicas y protestantes han canalizado el sentir de parte de sus comunidades solicitando que se inicie e ljuicio político contra el presidente brasileño. Hasta 380 religiosos firmaron una petición, en la queque consideran que el mandatario es culpable de “crímenes de responsabilidad” por su gestión de la pandemia. Brasil es el tercer país del mundo en número de contagios y de fallecimientos. Bolsonaro ha mantenido una actitud negacionista desde el inicio de la crisis sanitaria y llegó a cambiar a dos ministros de Salud, que eran médicos, para reemplazarlos por un general del ejército. La gota que rebalsó el vaso de la panciencia de los brasileños fue la traumática crisis de falta de oxígeno para los pacientes de Covid-10 en el estado de Amazonas.
Bajo una misma acusación, diferentes facciones del cristianismo han unido esfuerzos para exigir la apertura de un ‘impeachment’ que logre la destitución de Bolsonaro. Además de obispos, pastores o sacerdotes, 17 movimientos cristianos subscriben el comunicado que el grupo ha presentado en la Cámara de Representantes.
En una rueda de prensa, la dirigente del Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil, Romi Bencke, ha explicado que la inacción del líder brasileño ante la crisis sanitaria es el motivo de esta solicitud de moción. “El motivo principal de esta petición es la ausencia total de iniciativas por parte del Gobierno para disminuir o contener los impactos de la pandemia", ha asegurado Bencke.
La cuestión es que el responsable de tomar la decisión final sobre un potencial juicio político contra la persona del presidente es el presidente de los Diputados. Actualmente Rodrigo Maia es el que ocupa este cargo y, pese a que considera que Bolsonaro debe rendir cuentas por su omisión de responsabilidad, cree que un proceso de destitución agravaría la crisis sanitaria de Brasil. Maia piensa que una paralización del gobierno sería catastrófica para el país.
La crisis de Amazonas, el disparador
El contexto actual del Amazonas,donde hay escasez de oxígeno para pacientes con Covid-19, y se ha tenido que enviar de urgencia tanques desde Venezuela, es lo que está potenciando que gran parte de la sociedad civil contemple la idea de reemplazar al presidente. Las terribles imágenes y testimonios llegados desde el estado de Amazonas indignaron a todo Brasil, más allá de la tradicional división entre derecha e izquierda.
Durante los últimos meses, se han registrado 61 peticiones de juicio político contra el jefe de Estado, de las que ya se han denegado cinco y están a la espera de una decisión las 56 solicitudes restantes.
Todo el espectro político se movilizó el sábado en Brasil. Tanto movimientos ciudadanos de derechas como de izquierdas salieron a las carreteras, formando multitudinarias caravanas en más de 50 ciudades del país. Estas marchas denuncian exactamente lo mismo que los líderes religiosos, la inoperancia del Gobierno frente al fuerte avance de la pandemia en Brasil.
En Río de Janeiro, Meggy Fernades, ciudadana brasileña, lamentó haberle votado en los pasados comicios presidenciales. “Me repugna a ver votado por él, está haciendo un terrible daño a la nación”, dijo Fernandes.
Otra de las acusaciones señala a los subsidios para desempleados que se repartieron el año anterior, y que el presupuesto para el 2021 no contempla. Los manifestantes no entienden cómo es posible que no se vayan a volver a distribuir entre las personas en situación más vulnerable.
La semana pasada, un importante bloque opositor ya planteó que Bolsonaro se sometiese a un proceso de ‘impeachment’. La insostenible situación del sistema sanitario en la zona amazónica fue la principal razón que expusieron. Partidos tan diversos con el PT, del ex presidente Lula, y el centroderchista PSDB, sumaron sus firmas para iniciar el "impeachment".
El presidente sufre sus peores datos de aceptación según una encuesta del pasado viernes. Según un sondeo realizado por la encuestadora Datafolha, la pérdida de apoyos de Bolsonaro por el manejo de la pandemia es muy grande. De un rechazo del 32% en diciembre, el porcentaje de descrédito del mandatario se ha incrementado hasta el 40% entre los brasileños.
La mayoría, en contra del impeachment
Pero a finales del año 2020, los encuestados que rechazaban un juicio político contra Bolsonaro era menor que el de este nuevo sondeo. Si en la anterior, el 50% consideraba que no debía someterse a un proceso de destitución, ahora es un 53% los que están en contra de que se juzgue al presidente. En otras palabras, una mayoría absoluta de brasileños se opone al juicio político. Como el diputado Maia, considera que en este momento tan crítico paralizaría aún más la gestión de la pandemia.
Según los datos de la Universidad Johns Hopkins, Brasil está a punto de superar los 9 millones de infectados, mientras que continúa siendo el segundo país del mundo con más fallecimientos por el Covid-19: un total de 218.878.