El próximo miércoles 9 de agosto a las 15.30, y en el marco de una nueva edición de la Feria Internacional del Libro de Rosario, la carpa principal “Angélica Gorodischer” será escenario de una propuesta inédita. Unos doscientos chicos y chicas se congregarán en ella para escribir entre todos un cuento, con la conducción del docente y escritor Héctor “Pepo” Foulques. “En esa carpa en la que entran cientos de personas vamos a escribir una historia en vivo y en directo. Pero no voy a ser yo quien la escriba, sino que vamos a demostrar la capacidad creativa que tienen los chicos y las chicas”, dice Foulques, que asegura que hace 15 años realiza esta hazaña en las escuelas de la región, “con resultados hermosamente sorprendentes”.
Además de guiar esta aventura literaria el escritor presentará Demasiado miedo, su último libro de cuentos editado por Homo Sapiens. Se trata del quinto título publicado de Foulques, o Pepo, como lo llaman en las escuelas en las que es reconocido por su trayectoria en la promoción de la escritura creativa.
En una charla con La Capital, el escritor cuenta que Demasiado miedo es un libro que, como los anteriores, circula mucho en el ámbito educativo, especialmente en el tercer ciclo del nivel primario, porque a los chicos y chicas les encantan las historias de misterio, suspenso y terror. “La idea es que con estos cuentos las maestras puedan acercarse a la literatura de un modo mas lúdico, porque con el suspenso los chicos se enganchan mucho”, afirma.
Creación colectiva
¿Quienes pueden ser parte de esta hazaña? “Pueden participar todos los chicos que quieran, porque la carpa es grande y se pueden ocupar todos los espacios, el límite son las ganas”, afirma Pepo, y aclara que este taller de escritura de cuentos es indicado para estudiantes que estén en 2º y 3º ciclo de primaria, donde la escritura es más fluida, y que todas las escuelas serán bienvenidas. Para ser parte del evento no es necesario ningún requisito especial. Los chicos no tienen que llevar nada, solo basta con que quieran participar.
El escritor reconoce las dificultades que tienen que atravesar algunos docentes para conseguir los medios que les permitan salir con sus alumnos de la escuela. “Creo que valen la pena todos los hermosos inconvenientes o vallas a sortear para salir y asistir con los chicos a un lugar que es ni más ni menos que la Feria del Libro. Siempre digo que el mejor lugar para un libro es en las manos de un niño o niña, así que todo lo que haya que hacer para que eso ocurra hay que hacerlo sin dudar”, afirma.
Pero, ¿cómo se hace para que unos 200 chicos escriban entre todos un cuento? Pepo afirma que esto es posible y que se tratará de una creación literaria colectiva. Resalta la palabra colectiva porque todos aquellos que sean parte del taller serán los autores de esta historia o cuento. La técnica de tormenta de ideas hace posible que todas las propuestas sean disparadoras de nuevas, “así que todos ganan y participan en esto”.
Además, asegura que no se necesita casi nada para lograrlo. Los recursos que se utilizarán son muy simples, basta con un procesador de textos, un proyector y un pizarrón. “Siempre digo que para escribir una historia se necesitan dos cosas: una historia para contar y contarla, y esto es lo que vamos a hacer entre todos el próximo miércoles por la tarde”.
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Pepo presentará en la feria “Demasiado miedo”, su último libro.
Marcelo Bustamante
Divertirse con la literatura
Pepo experimenta este modo lúdico de vivir la literatura desde hace mas de 15 años, a través de miles de charlas dadas en escuelas públicas y privadas de todo el territorio santafesino. En todos los casos fueron experiencias en las que el resultado fue un proceso de escritura creativa con un alto protagonismo de chicos y chicas. “En esta actividad ellos demuestran que tienen sobradamente mucha más capacidad creativa que los adultos. Nosotros estamos plagados de pruritos y «qué diranes» que los chicos no tienen”, dice.
De acuerdo a su experiencia, las infancias disfrutan y se divierten mucho con el suspenso, el terror y las aventuras. Y a veces sucede en algunas escuelas que ese cuento que escribieron los chicos se transforma en una obra de teatro, una maqueta o en un trabajo de matemática o geografía. Otra de las cosas que le gusta hacer al escritor es dejar en estos cuentos colectivos finales abiertos, para que los chicos se lleven esas historias a sus casas y puedan concluirla en familia. “Lo que busco es generar esas cosquillas que trae la creación. No va a ser la primera vez que después de hacer estas técnicas los chicos me envíen textos que hayan escrito, tampoco la primera vez que en un grado se produzca un libro escolar”, afirma.
Cuando se le pregunta qué resultado cree que tendrá este encuentro lúdico literario, el escritor dice que desea que la carpa se llene, y asegura que los chicos no tienen problema de sentarse en el piso para participar. “Solo quieren compartir con sus pares y divertirse con la literatura”, dice. Y concluye: “Solo quiero que los chicos descubran eso que tienen escondido y no se dan cuenta, porque cuando se dan cuenta que pueden escribir, ellos arrancan”.