“Sergipe, nordeste del Brasil: Paulo Freire inicia una nueva jornada de trabajo con un grupo de campesinos muy pobres, que se están alfabetizando.
“Sergipe, nordeste del Brasil: Paulo Freire inicia una nueva jornada de trabajo con un grupo de campesinos muy pobres, que se están alfabetizando.
—¿Cómo estás, João?
Joo calla. Estruja su sombrero. Largo silencio, y por fin dice:
—No pude dormir. Toda la noche sin pegar los ojos.
Más palabras no le salen de la boca, hasta que murmura:
—Ayer yo escribí mi nombre por primera vez”.
El texto de Eduardo Galeano —incluido en su libro Los hijos de los días— sintetiza el sentir de un adulto que se inicia en el camino de la escritura. Un sendero que le había sido negado.
La alfabetización de adultos y el trabajo con obreros y campesinos fueron marcas vitales en la historia de Paulo Freire. Cien años se cumplen este 19 de septiembre del nacimiento de este educador oriundo de Recife que impulsó y conceptualizó otro vínculo pedagógico, dialógico, distante de esa “educación bancaria” que criticaba.
Pensador, político y maestro, se ocupó y preocupó por la educación de los oprimidos para su liberación. A ellos les dedica Pedagogía del oprimido, quizás su libro más citado y leído: “A los desharrapados del mundo y a quienes, descubriéndose en ellos, con ellos sufren y con ellos luchan”. Falleció en mayo de 1997.
En una edición Especial, el suplemento Educación de La Capital entrevistó al profesor brasileño Leonardo Boff, uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. “Freire era una persona que vivía con profunda humildad, capacidad de escucha del otro y con una visible amorosidad”, dice Boff, en un diálogo donde repasa el legado freireano, el carácter colectivo de su acción pedagógica y, recuperando el ideario de Freire, sostiene que “educar es un acto de amor”.
Legado de un revolucionario
Frei Betto —fraile dominico y discípulo de Freire— también habló con este diario y recordó sus encuentros con el educador popular del nordeste brasileño. “Era un cristiano revolucionario interesado en fortalecer la conciencia política y ciudadana del pueblo”, dice Betto sobre su maestro y amigo. Y de sus palabras recuerda con más cariño una en particular: cuando decía que en la educación había que imprimir boniteza (belleza).
Adriana Puiggrós, una de las pedagogas más destacadas de la Argentina y América Latina, afirma que Freire produjo un cambio en la educación moderna al darle mayor protagonismo al alumno en el vínculo pedagógico. Y a los maestros y futuros educadores les recomienda leer a Freire, sobre todo, Pedagogía del oprimido, La educación como práctica de la libertad y Pedagogía de la esperanza.
Las huellas de su legado se encuentran en infinidad de propuestas de educación popular y por eso también se rescatan las experiencias del bachillerato popular de barrio Tablada y la que desarrolla el Nodo TAU. Dos huellas de un legado de este educador que soñaba “con una sociedad reinventándose de abajo hacia arriba, donde las masas populares tengan, de verdad, el derecho a tener voz y no apenas el deber de escuchar”.
Notas por el centenario
1.- Paulo Freire y el camino hacia una pedagogía liberadora
2.- Frei Betto: "Freire llevó a los oprimidos a conquistar su autoestima política y su protagonismo"
3.- Leonardo Boff: "Para Freire todos son portadores de algún saber y deben ser escuchados"
4.- Adriana Puiggrós: pistas para leer a Paulo Freire
5.- Las huellas del maestro en los barrios populares