Sus miembros la definen como hija de la democracia y garante del derecho a una educación pública y de calidad. Más de un motivo para celebrarla el próximo 27 de octubre, cuando la Escuela de Educación Secundaria Orientada N° 408 Roberto Fontanarrosa cumpla 30 años de enseñar en el noroeste rosarino.
“En un año que se presentó complicado en el barrio, nos pareció que la respuesta tenía que ser no atrincherarnos”, dice el vicedirector David Muratore, y afirma que celebrar el cumpleaños de la escuela es la respuesta que eligió la comunidad educativa para hacerle frente a la adversidad. En diálogo con La Capital, el docente destaca que aunque la violencia continúe presente en las calles, en la institución educativa se manejan otros códigos y se trabaja persistentemente para que así sea. “Vamos a reírnos y festejar porque nos lo merecemos, porque los chicos y las familias se lo merecen. Vamos a festejar para demostrar que la educación pública está vivita, coleando y la seguimos peleando”, agrega.
Historia e identidad
La Escuela de Educación Secundaria Orientada N° 408 nació en 1993 como respuesta a la demanda de un grupo de familias, ligadas en su mayoría a la escuela primaria N° 156, ante la ausencia de una secundaria pública en esa zona de Rosario. A inicios de ese mismo año comenzó a funcionar el primer ciclo lectivo en las instalaciones del Club Sportivo Alberdi, de calle Aráoz 1050, y en octubre de 1994 se produjo la mudanza a su actual domicilio. Una antigua casona en Superí 1220 que data de la época en la que se construyó el ferrocarril Mitre, y que pasó por varias renovaciones edilicias para cumplir con su función actual.
Convocante de chicos y chicas de familias trabajadoras de los barrios La Cerámica, Nuevo Alberdi y Parque Casas, se la conocía como “la escuela de la vía”. Una denominación que fue desterrada en 2010, cuando estudiantes, docentes, trabajadores de la escuela y vecinos eligieron nombrarla Roberto Fontanarrosa, en honor a la obra y memoria del reconocido historietista de la ciudad.
La Fontanarrosa, como le dicen, es una escuela con una fuerte identidad. Desde hace una década sus paredes se destacan con las ilustraciones de los personajes del entrañable escritor rosarino y sus aulas también llevan los nombres de sus personajes. Pero mas allá de la estética de sus muros, la institución se distingue por una amplia trayectoria de trabajo en red en el espacio barrial. Una metodología que desarrollan desde 2015 y que logró transformar la forma en la que sus estudiantes perciben a la escuela y su lugar de pertenencia.
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Las paredes de la escuela lucen a los personajes del Negro Fontanarrosa.
Centros de salud, vecinales, espacios culturales, escuelas, jardines y todos aquellos espacios del noroeste de la ciudad que garanticen o reparen derechos vulnerados, fueron ubicados en un mapa escolar con la intención de crear vínculos y trabajar en conjunto. “Esto cambió la percepción que los chicos tenían del barrio. Cuando se les preguntaba cómo percibían al barrio en el que viven, ellos describían lo que escuchaban en los medios, que es cierto, pero no podían ver la otra parte, que es un montón de gente trabajando en distintas instituciones para garantizar derechos”, recuerda Muratore, para explicar el impacto positivo que tuvo en los estudiantes esa nueva forma de vincularse con el entorno
La escuela de Superí 1220 trabaja desde hace años en desterrar en los jóvenes la idea de que para salvarse hay que irse del barrio. “Nosotros no creemos en eso, creemos en la transformación del barrio y que para transformar algo primero lo tenés que conocer, y ahí podés ver que no está todo mal”, afirma el profesor y sostiene que el barrio también es un lugar donde chicos y chicas pueden conseguir trabajo y desarrollar una profesión. Una muestra de ello es que la red sigue creciendo y aporta significativamente al ejercicio de las prácticas educativas de los alumnos y alumnas de La Fontanarrosa. Como aquellos que comenzaron a hacer sus pasantías en radio La Florida o en las áreas de comunicación de los centros de salud de la zona.
Desde el 2017 el noroeste rosarino comenzó a verse afectado por la violencia. Frente a ese escenario, la escuela comenzó a formar parte de un grupo activo denominado “Gestión norte”, en el que se encuentran aquellas entidades que forman parte del mapa escolar de referencia. Muratore explica que el trabajo en red se fortalece cada vez más, también ante la necesidad de dar respuestas a las situaciones adversas. En este marco, la escuela apuesta al diálogo continuo con funcionarios del Estado y representantes de las distintas instituciones del barrio, lo que hace posible el nacimiento de diversas iniciativas como “Rondas por la paz”, nacida de la relación con el espacio Entramar de La Cerámica, o los talleres de salud mental que brindan los centros de salud a los jóvenes del barrio.
El docente asume que el cotidiano se vuelve difícil, y que en algunos casos la violencia toca de cerca a los estudiantes y sus familias. Aún así, La Fontanarrosa no deja de marcar presencia, y excediendo su función estrictamente pedagógica responde, junto al colectivo que integra, a las demandas y necesidades presentes.
El próximo viernes 27 de octubre a las 10 la antigua casa de Superí 1220 será escenario de celebración. La secundaria 408 cumple 30 años de vida y lo festejará junto a sus alumnos, exalumnos, profesores, trabajadores de la escuela y todas aquellas instituciones con las que trabaja a diario. Los chicos y las chicas organizarán stands, una particular cápsula del tiempo y no faltará la tradicional feria con música y baile.