La memoria es un territorio en disputa, y aunque el tiempo no pare nos ofrece algunas oportunidades para revisitar lugares, volver sobre nuestros pasos, reconstruir sucesos y devolver respuestas adeudadas, anclar certezas mínimas, recomponer pedazos de identidad, algo de esperanza para encontrar lo que fue arrancado. Abandono de cargo, la última película de Alejandro Vagnenkos (*), repone una parte de esta deuda cuando reconstruye la historia de Luis “Pato” Lacoste, un joven profesor de literatura que la última dictadura le arrancó de madrugada a montones de adolescentes que disfrutaban las aventuras literarias en sus clases de la secundaria de Lobos y Roque Pérez. Abandono de cargo es la versión oficial que figura en actas y pone al descubierto toda una maquinaria que ha estropeado vidas y enlutado nuestra historia, revela también un modus operandi de la Gestapo argentina cuando construía argumentos para sellar, ensuciar o tapar la ausencia de quien desaparecía. En esta circunstancia, para neutralizar esa pregunta que empezaba a circular aquella mañana en que un grupo de adolescentes esperaba a su profe en el aula. Uno de los testimonios que más aparece en el filme pertenece a un actual sexagenario que ademas de ser de ese grupo que esperaba al Pato, era vecino lindante con la casa del profe y fue testigo del grito desgarrador de su compañera cuando lo arrancaban de su casa. Ese alumno fue “demorado” en dirección, ya que era un estorbo para la versión oficial que dio como respuesta que el profe se fue a pescar y nunca volvió.
El director elige a Silvana, una profe e inspectora de artística en Lobos y Roque Perez, quien con la certeza y convicción de una búsqueda que no es propia sino de toda una sociedad, reabre ese triste e inquietante silencio que impregnó a la sociedad lobense desde entonces, recuperando la voz de la familia del profe, en especial sus hermanos, con posiciones dispares, algunos estudiantes y algún que otro profesor. Silvana es quien asume el desafío de salir a buscar, más allá de lo incierto de los resultados. Pero con su actitud, con su pregunta precisa y la tenacidad de quien resiste ninguneos, construye una audaz pedagogía de la memoria. A veces su paciencia ante el silencio cómplice o frente a quien “se hace el distraído/a” nos inquieta como espectadores, aunque también ofrece una invitación para que cada quien pueda ponerse en aquel lugar y volver a decidir sobre ética y humanidad.
Despabilar adolescencias
Son varios los vecinos que denunciaron al Pato. ¿Motivos? Parece que por despabilar adolescencias. Por poner al alcance de sus deseos literatura y teatro, por convidar a cada quien de esos/as jóvenes algo de poesía y un poco de cuentos. Manjares que buena parte del vecindario condenaba por su potencial afrodisíaco para extinguir la moral y las buenas costumbres, sembrando semillas de subversión y maldad. Un descarriado hijo del pueblo estaba pervirtiendo aquellas pequeñas aunque insurgentes almas. Convidarles aquellas lecturas a los hijos de ordenada y pulcra tradición, temerosa de la poesía y las preguntas, consistía sin dudas en absoluta herejía. No podían tolerar semejante burla a las familias con respuestas de “¡si señor!”, de “cada uno en lo suyo” y convencidas feroces del “algo habrá hecho”, aquella frase intragable que nos remonta en forma tan insoportable a esa excusa del sentido común para justificar la más tremenda aberración. Ese argumento que traspasa la racionalidad castrense y se convierte en esa frase ortiba para sostener la condena en el vecindario, para manchar a cualquiera que se animara a seguir pensando o a intentar que otros lo hicieran. Esa expresión que dejaba claro que con “algo”, con solo un atisbo, podían condenarte a desaparecer. Algo habrá hecho, ese enunciado que se consagró como anticipo de la delación.
En un valiente ejercicio retrospectivo, Vagnenkos pone en escena la delación como ese trago amargo para Lobos que debe ponerse en discusión. Le agrega sinsabor a una que otra esquina, donde se cruzan apellidos y personas que desde aquel momento entraron en un aparente estado de amnesia y silencio. Volver sobre esa esquina, enfocar el nombre de una calle repone interrogación donde pareciera que algunos prefieren esquivar, evitar la incomodidad de volver a pasar, y que sus hijos/as o sus nietos/as rompan ese mutismo como (p)acto de complicidad.
Aquel paneo por calles y esquinas hace ruido donde se quiso silenciar. Por ello el recorrido incesante de Silvana y su pregunta es una herramienta didáctica por la memoria, la verdad y la búsqueda de justicia, y se constituye en un acto de reparación subjetiva y pedagógica para Lobos y para toda nuestra sociedad.
Lo que se torna desafío pedagógico es reconocer la delación como estrategia de disciplinamiento e instauración del terror en la escuela y en la comunidad. Aunque hayan pasado 46 años, casi la edad de quien protagoniza esta gesta por hacer justicia y restituir en su cargo a quien fue destinatario de la desaparición forzosa por parte de la dictadura. Pato es el primer docente de la provincia de Buenos Aires restituido en su cargo.
Este oscuro recuerdo retorna en este presente en el que Bolsonaro, presidente de Brasil, ha instaurado un plan para estimular la delación en las aulas tanto a quien nombre a Paulo Freire como a quien se atreva a mencionar la palabra género y sexualidad. Lo más grave e inquietante es que goza de un enorme consenso en buena parte de la sociedad. Aunque también es necesario explicitar lo que ocurre en nuestro país, donde hace muy poco el gobierno porteño y su ministra de Educación enviaron a la policía de la ciudad para amedrentar a las familias de los estudiantes de secundarias que deciden luchar contra las injusticias de edificios escolares deteriorados, viandas insuficientes e incomibles, una baja sistemática (hace una década) del presupuesto para educación y prácticas laborales que resultan mano de obra precarizada, o sea disciplinamiento laboral en tiempos de pobres contra pobres. Hay colegios tomados donde la ministra ademas de operar con las fuerzas de seguridad envía intimaciones judiciales a las familias condenando a pagar sumas millonarias por cada día de toma, medidas anticonstitucionales, pero formas eficaces de amedrentar y aterrorizar a la comunidad.
Esas prácticas eran propias de las dictaduras de los 70 y lo que resulta hoy intolerable es que aquello que se daba por medio de las botas parece lograrse en estas horas a través de los votos.
Por una democracia más democrática
Abandono de cargo nos incomoda porque nos muestra que el silencio nos puede aturdir. Entonces salimos a buscar, aunque no sabemos qué vamos a encontrar. Pruebas que aporten a causas justas, indicios que nos ayuden a recuperar la memoria, restos para devolver paz a los seres queridos, pero también para cuidar y fortalecer esta democracia que es cada vez más superficial. Hay que extremar su cuidado, profundizar la democracia antes que sea tarde y se la degluta el egoísmo del mercado asociado a la conservación de la desigualdad más feroz y el rigor del patriarcado. Hay que volver a respirar poesía, para traer al Pato nuevamente a las aulas, como en una conmovedora escena, donde Ana Pedernera, una adolescente que salía de su escuela y se iba a la librería del Pato, cuenta que disfrutaba de grandes conversas con el profe. Aquí el poema de Ana —“El profesor”—, que comparte en el documental:
“En sus ojos oceánicos estaba / teñido aquel destino. / Una ola camuflada del combate / le silenció el acento / (eran agentes versados / en el secuestro de ilusiones). / Todos los demás / miraron por el ojo del buey / y no los vieron / El anduvo instruyendo, / eso suele / poner de mal humor a los bandidos. / A veces se me ocurre / que en un puerto distante / acomodó el pañuelo / esperando el rescate de este lado”.
Abandono de cargo es una ocasión para restituir la presencia de quien fue arrancado y condenado a la ausencia. Porque devuelve al Pato en la voz de sus discípulos/as y así como los lápices siguen escribiendo, los libros, la poesía, el teatro del Pato siguen enseñando. Es mi deseo, y el deseo de tantos/as, que Abandono de cargo desparrame la historia del Pato en miles de profes, recorriendo la geografía de las aulas, con preguntas e inquietudes que nos permitan retornar a esa madrugada tan triste y dolorosa reparando aquella mentira del salir a pescar con el retorno a las aulas para contar la verdad y hacer memoria y reclamar justicia.
(*) “Abandono de cargo” se presentó en festivales y se estrena en 2023.