"las escuelas deberán perfilar con creatividad las nuevas estructuras académicas y los agrupamientos dinámicos que se avecinan" "las escuelas deberán perfilar con creatividad las nuevas estructuras académicas y los agrupamientos dinámicos que se avecinan"
Resiliencia hace alusión a procesos reales que devienen del mundo cotidiano en el que desenvuelven su vida cada uno de los sujetos. Esa actitud no viene dada: se construye y edifica en el transcurrir de la propia historia personal, en el tipo de familia en que nace y crece. También en los procesos de acogida o desamparo vividos, en sus experiencias de estudio o trabajo, en sus errores, en sus triunfos, en los éxitos o fracasos, en las muertes cercanas, las enfermedades sufridas, los desarraigos, el apoyo, los amigos...
Tampoco es lineal la relación que a veces se establece con un ambiente familiar protector, económicamente sólido, culturalmente amplio, con un estado de salud mental y físico óptimo, para que los procesos de resiliencia se den. En el Primer Mundo, donde hay hogares con estas características, a veces resultan insuficientes para garantizar los procesos resilientes en sus miembros.
El concepto de resiliencia hoy amplía su horizonte, pasa a ser un concepto holístico e integrativo atendiendo a aportes provenientes de los campos psicológicos, antropológicos y sociológicos.
Parafraseando a Emiliano Galende, “pensamos en un sujeto no víctima de sus circunstancias sino en un sujeto activo de sus experiencias”. Entonces: ¿Qué experiencias marcaron las vidas de nuestros niños/as durante la pandemia? ¿Fueron escuchados o invisibilizados? ¿Cómo participaron los medios masivos de comunicación, en promover actitudes resilientes en las infancias, con metodologías y recursos apropiados? Interpelamos a los medios de comunicación porque han asumido un papel dominante en la producción de subjetividades. Y nos referimos al cine, la televisión, la radio y las redes.
En el presente, la producción subjetiva está menos ligada a instituciones tradicionales (familia, escuela, culto) y sus figuras de poder y autoridad (padre, maestro, sacerdote). Se genera en ese proceso, una cierta dispersión y a la vez se abre un abanico de posibilidades insólitas para la subjetivación del ser humano. Al disminuir la fuerza subjetivante de las instituciones tradicionales, los modelos ideales, las identificaciones, los valores, los intereses, se buscan y se encuentran, en colectivos diversos que fluctúan entre las bandas, tribus urbanas, grupos de autoayuda, grupos de WhatsApp, comunidades religiosas, políticas, musicales, deportivas y hasta los grupos adeptos a diferentes tipos de ingestas alimenticias (vegetarianos, veganos, ovolacto-vegetarianismo)
¿Podrá la institución escuela recuperar su papel fundamental y fundante de identidades personales y colectivas, en este momento histórico de tanta incertidumbre?
Debemos prepararnos para apoyar y acompañar a los docentes en la implementación de metodologías y recursos didácticos para generar actitudes resilientes que permitan dejar atrás las adversidades vividas y afrontar las presentes.
"Boris Cyrulnik propone ralentizar las acciones escolares y familiares, e intensificar las que permitan descargar tensiones acumuladas" "Boris Cyrulnik propone ralentizar las acciones escolares y familiares, e intensificar las que permitan descargar tensiones acumuladas"
¿Qué necesitan las infancias y juventudes para poner en marcha sus mecanismos resilientes? ¿Sobre qué aspectos de las subjetividades centrar las acciones? ¿Qué emociones y sentimientos serían los más específicos? ¿Cuáles los temas más sobresalientes? ¿Qué climas serán los más propicios para promover reencuentros valiosos?
Solo dos acciones fundamentales para los niños/as: brindar apoyo y paz, entendidos como proteger, volver a anidarlos y paz comprendido como quietud y seguridad.
Boris Cyrulnik, uno de los psicólogos que más han aportado a los estudios de resiliencia, propone ralentizar las acciones escolares y/o familiares, e intensificar aquellas que permitan descargar tensiones acumuladas tales como cantar, bailar, dramatizar, pintar, dibujar, modelar, hacer deportes y brindar momentos de sosiego y refugio. Lo que hoy parece una pérdida de tiempo puede más tarde cobrarse con creces los apuros y las ansiedades.
Tener confianza en sí mismo; aumentar la autoestima y el buen humor; practicar el respeto por el otro, la solidaridad, comprender la omnipotencia; operar contra el temor infundado al contagio, la enfermedad y la muerte, reflexionar sobre la finitud humana; usar la actitud crítica para desmontar falsas noticias y relatos. Éstos podrían ser algunos ejes disparadores. Pero sólo pueden ser efectivos si se desarrollan en tiempos largos, donde todos puedan participar y aprecien las escuchas interesadas de los/as docentes, las oportunas intervenciones, la buena coordinación, el manejo adecuado de los tiempos, el respeto por el decir de todos/as los/las participantes.
Debiéramos aprovechar el mejoramiento del uso de la virtualidad lograda en estos meses para enriquecer las actividades: conversatorios, Zoom, redes, charlas con especialistas, debates, intercambios de experiencias, presentación de proyectos. La selección de títulos de películas, videos novelas, historias, historietas, cuentos (seleccionados para cada nivel) podría ser tarea previa al reinicio de las clases, que al ser compartidas por el colectivo docente se multiplicarían y pondrían en marcha la inagotable creatividad de los maestros, para potenciar los efectos reparadores que la pandemia dejó.
Ayudar a los alumnos/as a poner palabras, a los miedos, las tensiones, propiciar la expresión oral para compartir experiencias personales vividas durante el tiempo del aislamiento, poner nombre a los sentimientos de tristeza, frustraciones y angustia por enfermedades, fallecimiento de familiares o vecinos, pérdida del trabajo de sus padres. Los sueños suspendidos, fiestas de cumpleaños, viajes de egresados, bailes y actos de graduación.
Identificarse con los protagonistas de películas y relatos, con cantares y decires que “viven, cantan y dicen lo que nosotros, quizás no podemos o no nos animamos a hacer, decir o cantar”, son recursos a tener en cuenta para planificar las clases iniciales en las escuelas de la pospandemia.