Hay millones de argentinos que buscan encontrar un trabajo y un sueldo y no lo consiguen. Pero el ex portero Mangeri, por el solo hecho de encontrarse preso por el asesinato de la adolescente Angeles Rawson, cobra un sueldo mensual de cuatro mil pesos, al igual que miles de otros criminales. Más que muchos jubilados.Todo esto por causa del enfermizo garantismo que privilegia los "derechos" de los delincuentes por sobre los de la gente común. También hay en nuestro país muchos miles de personas discapacitadas. Ciegos, cuadripléjicos, enfermos graves, pero ningún legislador propone otorgarles sueldos ni subsidios. En cambio sí proponen subsidios de ocho mil pesos mensuales para los travestis. Todo esto que parece de una película apocalíptica no es ciencia ficción, pasa en la Argentina actual. ¿Será verdad la famosa frase "no nos une el amor sino el espanto"?