La temperatura está llegando a los 40 grados durante la más agresiva ola de calor en la historia de Moscú. Dos hombres jóvenes se resguardan bajo un auto de policía abandonado en una Plaza Roja desierta. Pero buscan sombra, están tratando de evitar ser detectados por los alienígenas que colonizaron la ciudad y están haciendo lo mismo en todo el mundo.
La escena corresponde a "La última noche de la humanidad", una aventura de ciencia ficción en 3D del director Chris Gorak que se suma a la tendencia del cine apocalíptico del supuestamente fatídico 2012 como "La carretera", "Soy leyenda" o "2012", entre otros. La película se estrena hoy en las salas cinematográficas de Rosario.
Gorak encaró con este segundo largometraje luego de desempeñarse como director de arte de excelentes películas de los últimos años como "Pánico y locura en Las Vegas" y "El club de la pelea", entre otras.
Los jóvenes bajo el auto son los actores Emile Hirsch ("Milk", "Hacia rutas salvajes") y Max Minghella ("Agora", "La red social") quienes se sumaron al primer filme de este género filmado en 3D en algunas de las locaciones más icónicas de la capital rusa.
Sobrevivientes. La historia sigue a un grupo de sobrevivientes que se libraron del ataque extraterrestre porque estaban en una discoteca subterránea. Cuando se corta la luz y salen a la calle, lo primero que ven es una especie de aurora boreal y lo que parecen un montón de luminosos copos de algodón que caen con gracia del cielo. Pero no se trata de ningún fenómeno natural y pronto se dan cuenta que las luminosas apariciones no son amigables.
El plan tiene tres etapas: incautar el planeta, devorar toda la energía y destruir toda forma de vida.
El filme, explicó Gorak, aporta algo nuevo al género: "Nuestros alienígenas no son tan sólo criaturas extrañas sino que se ocultan tras un escudo cargado de energía que afecta al ambiente en torno suyo".
El cineasta continuó con la explicación: "La ciudad está a oscuras pero se encienden las luces a su alrededor a manera de advertencia de su proximidad. Una de las ideas que me gustó fue que la oscuridad es más segura que la luz, lo cual es una diferencia con lo que sucede en el género".
El traslado. El guión originalmente se ubicaba en un pueblo de Estados Unidos, pero finalmente se lo trasladó a Moscú cuando se sumó al proyecto uno de los productores. "Creo que fue una gran decisión", dijo Gorak. "Tantas ciudades estadounidenses ya han sido vistas desde una perspectiva apocalíptica que esta resultó una locación original, con una cultura y una arquitectura muy ricas. Nos pareció un lugar grandioso para hacer una película de ciencia ficción", aseguró.
Uno de los grandes desafíos fue haber decidido rodar en 3D desde el principio y no hacer la conversión al finalizar lo que obligó a replantear todo el plan de rodaje y las coreografías. “Estamos recién iniciándonos en esta tecnología. El lenguaje aún no está plenamente desarrollado. Con cada nueva película estamos un paso más cerca a desarrollarlo”, opinó el director.
Gorak fue también uno de los referentes del equipo responsable del filme “Avatar”, aquella mutipremiada película en tres dimensiones con tono futurista, y al mismo tiempo ecologista, que dirigió James Cameron en 2009.
“Me involucré con este proyecto (por “La última noche...”) fue en la era pre «Avatar»”, bromeó Gorak. “Yo estaba renuente a usar esa tecnología, pero después de ver la película de Cameron y hacer algunas pruebas con 3D cambié por completo de opinión”.
El director dijo que el 3D cambia la manera en que se construyen las tomas. “Es definitivamente un proceso más lento con toda la tecnología que involucra. Pero no estábamos tan interesados en las convenciones de acentuar con 3D las singularidades de una película de terror y ciencia ficción. Nuestra intención inicial era acercarnos a los climas de películas como «Vivir al límite» o «Rescatando al soldado Ryan». La pregunta era ¿cómo contamos una de estas historias en 3D sin darle náuseas al público?. Ese ha sido el desafío”, explicó.
Otros trabajos. Gorak trabajó con reconocidos cineastas como Steven Spielberg y David Fincher en su carácter de director de arte y diseñador de producción y “La última noche de la humanidad” es su segundo largometraje.
“Me encantan los terrenos sin explorar y siempre intenté trabajar en el límite de las posibilidades. Creo que es así como se logran las cosas más interesantes, cuando todo parece que está a punto de caerse a pedazos y finalmente aparece algo original”, aseguró finalmente el cineasta. l