La noticia de que Uber, aún sin habilitación, ya tiene 8 mil personas que descargaron la aplicación para choferes en Rosario devolvió el debate de las apps de transporte a la agenda pública. Mientras los cinco proyectos de regulación duermen en el Concejo por falta de acuerdo, y en silencio ante la pasividad de los controles, la aplicación crece, y ya la bajaron 55 mil ciudadanos.
En el marco de esta lentitud del debate político, y frente a la deficiencia del servicio de taxis, lo mismo hacen la rusa Maxim y la china Didi, que tienen cada vez más unidades en la calle. En tanto Cabify está operando por sobre la cantidad de coches autorizados para su agencia de remises legales, ya que muchos coches que buscan pasajeros lo hacen sin la chapa reglamentaria.
En el Palacio Vasallo la discusión está trabada. El peronismo se opone a esta regulación, bajo el argumento de que es una legalización encubierta, y lo mismo ha hecho Ciudad Futura en algunas ocasiones. Juntos por el Cambio propone darle entrada a todas las aplicaciones con dos proyectos (de Renata Ghilotti, Carlos Cardozo y Germana Figueroa Casas)que le otorga luz verde sin requerir mucho más que una habilitación municipal y el pago de una tasa.
La máxima muestra de la grieta de Uber es que el tema divide al interbloque del Frente Progresista, donde hay posiciones más restrictivas (las iniciativas de la socialista Verónica Irizar y la que envió el Ejecutivo) y otro sector del oficialismo que permite entrar a Uber con algunas limitaciones, hasta 200 conductores con un permiso precario sin tener licencia de taxi o remis. El texto fue reingresado el 22 de septiembre con la firma de dos concejalas de Arriba Rosario y muestra la diversidad de perspectivas dentro de la alianza que conduce los destinos de la ciudad.
Para algunas voces en la comisión de Servicios Públicos, el problema es la falta de control. El año pasado, hubo en un primer momento remisiones que se anunciaron con mucha estridencia, para disuadir a los conductores. Pero las multas, que fueron elevadas hasta 355 mil pesos, son dirigidas al chofer, pero no a la aplicación. Este año, el archivo periodístico no muestra nuevas acciones en ese sentido, justo cuando empiezan a verse más coches ilegales en las calles. De hecho, una fuente en off deslizó que en Movilidad "no tienen órdenes de controlar".
Inacción
Lo cierto es que la situación tuvo advertencias. El hoy diputado nacional Eduardo Toniolli (PJ) fue, en su paso por el Concejo, uno de los más férreos opositores al desembarco de Uber. En 2018 denunció que la multinacional intentaba ingresar ilegalmente en Rosario, e incluso logró que le bajaran un enorme cartel publicitario en el centro. En 2021 presentó una denuncia administrativa ante la Municipalidad contra esa empresa y Maxim porque continuaban intentando reclutar choferes en Rosario. "Además, habíamos detectado que tenían algunas unidades funcionando. Nunca obtuvimos respuesta del Ejecutivo, nada, ni pío", recordó.
Un año después, esa presencia creció. "Haberle dado vía libre a empresas que con el verso de la 'economía colaborativa' nunca se registraron ni tributaron en la ciudad (como Rappi, Glovo, Pedidos Ya), es abrirle la puerta a este tipo de multinacionales, pero en un área más sensible, como es la de los servicios públicos", lanzó. Y citó el ejemplo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: "Uber y empresas afines destruyeron el sistema de taxis, reduciendo la flota a un tercio, y una vez que -dumping mediante- logró su cometido, ahora un viaje sale dos o tres veces más según la hora del día", explicó.
Si bien apuntó que el transporte público de pasajeros de Rosario "necesita mejorar", consideró que "abrirle la puerta a estos piratas lo va a terminar de destruir". Para Toniolli, se trata de empresas que "entran de manera prepotente, pasando por encima de todas las normas de transporte, laborales y tributarias, y si ven que se les complica un poco, piden que las 'regulen'. No hay que caer en esa trampa, buscan una ventana para colarse, y después empiezan a meter autos particulares para prestar el servicio".
Al respecto, dio el ejemplo de Cabify: "Abrió una remisería legal y después se dedicó a despachar remises ilegales. A las empresas buitres no se las regula, se las combate", cerró.