El día 20 de abril de 2010, mi novio y yo pudimos comprar con mucho esfuerzo un terreno en la localidad de Ibarlucea, 12 kilómetros al noreste de Rosario. Desde entonces, y después de tener conocimiento por medio de amigos y familiares que la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo (ubicada en Santa Fe 1145) otorgaba préstamos hipotecarios para la construcción; hicimos absolutamente todo lo necesario para la obtención de dicho préstamo: trámites para reunir la documentación dominial, trámites en Catastro para adquirir el plano de localización del terreno, trámites en la Comuna de Ibarlucea, trámites en el Registro de la Propiedad Inmueble. Trámites y más trámites, idas y vueltas, certificaciones, sellados, pagos.
Finalmente y “felizmente”, en unos meses finiquitamos la etapa de diligencias y requisitos básicos para pasar a una nueva etapa: el largo camino que la documentación debe recorrer para ser controlada y evaluada por los distintos sectores de DPVyU (Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo) en Rosario. Después de sortear unos cuantos conflictos en esta etapa, tan agotadora y demandante como la anterior, logramos llegar al final de esta fase, que duró muchísimo tiempo (finales de 2011), pero afortunadamente toda nuestra documentación fue aprobada.
Y así llegamos a la etapa final, que es el traslado de toda esta documentación a la provincia de Santa Fe, donde el expediente comienza un nuevo recorrido protocolario para ser aprobado y finalmente despachado para su resolución final: la entrega del cheque. El expediente fue enviado a Santa Fe a principios de 2012 y hoy, miércoles 17 de julio de 2013, nuestro terreno sigue estando en las mismas condiciones que cuando lo compramos. El expediente está estancado hace meses en la Secretaria Privada de la provincia de Santa Fe, y las respuestas que me han dado después de mis incansables llamados fueron tan diversas como absurdas: falta de presupuesto, cambio de directorio, redefinición del presupuesto para los créditos por cambios en la organización, etc, etc, etc.
Aprovecho entonces el cambio de directorio para solicitarle a Pablo Ábalos, nuevo subsecretario de Planificación y Gestión de Hábitat, que por favor se tome un segundo para revisar el estado de nuestro expediente, ya que la documentación fue entregada siempre en el tiempo y la forma que la DPVyU exigía; sin embargo, no hemos obtenido el mismo cumplimiento a la inversa. No estamos pidiendo nada prestado ni regalado, por el contrario, somos dos personas que trabajan y estudian y cuya documentación económica (otro requisito fundamental para el pago posterior del crédito) fue efectivamente evaluada y aprobada para el otorgamiento de un préstamo, a fin de poder construir nuestro merecido hogar. Somos dos ciudadanos trabajadores y responsables que respetan las normas de la sociedad, y pagamos nuestros impuestos con regularidad. Por eso, lo único que queremos es obtener el crédito que nos corresponde por haber transitado correctamente todos los pasos y haber cumplido todos los requisitos necesarios para que el mismo nos sea entregado. Nosotros ya cumplimos con nuestra parte, es hora que DPVyU cumpla con la suya.