Melanie Desire Navarro, de cinco años, recibió un balazo mortal en la cabeza en medio de un tiroteo la medianoche del 21 de enero, mientras jugaba con otros chicos en un asentamiento de Flammarión al 4900. Sus familiares y vecinos se concentraron ayer en la puerta de los Tribunales provinciales con una demanda concreta: que los autores de la balacera, que hasta anoche no habían sido detenidos, sean ubicados y sancionados con rigor en un juicio.
Entre quienes participaron de la marcha clamando justicia estuvo Nadia Romero, la madre de la pequeña baleada. La mujer relató con entereza cómo había ocurrido el trágico suceso. "Estaba en la vereda con mis sobrinos cuando escuché los disparos. Salí corriendo afuera y la vi a Melanie tirada en el piso con un tiro en la frente", recordó.
Con amargura, sin resignación, la joven mujer se quejó por la saga de incidentes violentos que ocurren en su barrio. "Los que se pelean son dos bandas, la de Flammarión y de la Juan Canals, pero no conozco los motivos", señaló. A su lado, un vecino protestaba por la inacción policial. "Nadie hace nada. La policía mira para otro lado", afirmó el hombre.
Los atribulados allegados a la nena fallecida sostuvieron que los investigadores policiales y judiciales ya identificaron a los autores de la balacera, pero los sospechosos todavía no fueron detenidos. "Alguien les avisa de los allanamientos que se hicieron. Pero los tipos al rato que se fue la policía se sientan en la vereda a tomar mate", afirmó una familiar de Melanie. También sostuvieron que fueron amenazados por los sospechosos para que no abran la boca. Nadia también contó que anoche (por el miércoles) los tiros retumbaron nuevamente en el barrio.
Tragedia anunciada. Para los investigadores el asesinato de Melanie fue el último episodio de una seguidilla de ataques a tiros que tuvo otros dos heridos de bala ese día en un radio de 15 cuadras. Todo comenzó cerca de las 20 del martes cuando Dionisio Alberto G., de 49 años, fue baleado en las piernas desde una moto en Flammarión a la altura del 4700.
El herido era el cuñado de Adrián Oscar Ledesma, un hombre de 35 años asesinado de un balazo en la nuca el sábado 14 de septiembre pasado cerca de de Garibaldi y Rodríguez. Ledesma vivía en Flammarión al 4900, a un par de casas de donde vivió y murió Melanie. Para los pesquisas, en el crimen de Ledesma está el origen de las balaceras que terminaron con la vida de la nena.
Según los investigadores al ataque a balazos a Dionisio Alberto G. le siguió un atentado a Carlos David C., un chico de 15 años en Juan Canals y Pueyrredón. El chico recibió dos tiros que le atravesaron el tórax y un brazo. El último episodio de la secuencia fue el crimen de Melanie.
Cuando los gritos de los familiares y vecinos de Melanie reclamando "seguridad" resonaban en el ingreso de los Tribunales por la calle Balcarce, Nadia se lamentaba por la muerte de la hija que, según dijo, se podía haber evitado. "Después de que balearon al hombre (por Dionisio G.) no actuaron (por la policía). ¿Tuvieron que esperar a que mataran a mi hija?", se quejó con amargura. En medio del clamor para que se esclarezca el suceso, un grupo de hombres y mujeres usando remeras con la leyenda justicia por Melanie acompañaban el reclamo compartiendo la congoja e implorando alivio para su barrio.