Muchas veces escuché o leí en los diarios quejas sobre la tardanza de las ambulancias y/o de la policía. Nunca imaginé que me iba a tocar vivirlo desde el otro lado, el del agradecer la rapidez con la que actuaron todos los profesionales presentes el pasado 25 de noviembre, día en el que perdí a un gran amigo, Dante Intorvida. Aunque sus esfuerzos resultaron en vano, fueron los primeros en llegar al lugar e inmediatamente comenzaron con su labor. Lamento tener que opacar este agradecimiento debiendo citar la violencia con la que actuaron los policías que luego se hicieron presentes, el maltrato que tuvieron para con la familia, que en su desesperación por lo sucedido solo querían acompañar a su hijo en lo que luego serían sus últimos minutos, no tiene excusas. Lamento que esa familia no haya podido acompañar a su hijo y me entristece saber que en ese momento se encontraban todos en la comisaría esperando alguna noticia, y que ahora nadie podrá devolverles esos minutos que les robaron. También pude comprobar que a veces los medios de comunicación no cuentan con información precisa y que por publicar datos que no son verdaderos dañan y perjudican a las personas involucradas en los hechos. Sólo los que conocíamos a Dante guardaremos los recuerdos de lo que verdaderamente fue él como persona, amigo e hijo. Me queda solamente volver a agradecer a todo el personal del Sies presente ese día.