La crisis que enfrenta la Iglesia Católica por las denuncias de abusos sexuales
por parte de sacerdotes hará que en el futuro se investiguen a fondo los antecedentes de las
figuras eclesiásticas, incluidos cardenales y Papas. Habrá dos requisitos ineludibles: una foja
impecable y una estrategia de comunicación moderna.Si son jóvenes, mejor todavía.
Los principales jerarcas conservadores de la Iglesia defienden a Benedicto XVI
de las acusaciones de que fue cómplice en la ocultación de esos abusos, pero admiten problemas de
conducción.
El futuro Papa, según el reverendo estadounidense Thomas Reese, especialista en
el Vaticano, deberá ser alguien "capaz de comunicarse con el mundo y con la prensa, y que no sea
devorado por ellos".
Credibilidad moral. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, ha dicho que la
crisis pone a prueba la "credibilidad moral" de la Iglesia. Si bien el grueso de los católicos
defiende al Papa, algunos de sus propios partidarios hablan de la necesidad de un cambio.
El Vaticano ha respondido a la crisis desatada por las denuncias con la
ineptitud y la desprolijidad que han caracterizado las comunicaciones en los cinco años de papado
de Benedicto XVI.
Prominentes católicos conservadores como el estadounidense George Weigel y el
italiano Vittorio Messori han rechazado vigorosamente las acusaciones de que Benedicto encubrió las
denuncias cuando fue obispo en Munich y después como funcionario del Vaticano. Pero ambos reconocen
deficiencias en su manejo de la Iglesia, y Messori dijo que el Sumo Pontífice a veces es "medio
inocente".
Cuando el Papa nombre nuevos cardenales, probablemente en noviembre, según
fuentes del Vaticano, se podrá observar el estado de cosas en la Iglesia.
La Santa Sede deberá investigar a fondo a todos los candidatos para asegurarse
de que no hay mancha alguna relacionada con los abusos.
Hoy por hoy hay 108 cardenales menores de 80 años que están en condiciones de
votar en el próximo cónclave para seleccionar un Papa.
En la próxima selección de cardenales Benedicto podría llenar vacantes en
ciudades como Nueva York, Washington, Florencia y Praga.
Una arquidiócesis que habrá que seguir de cerca es la de Dublín, donde el
arzobispo Diarmuid Martin se granjeó elogios por tratar de erradicar a los responsables de abusos
sexuales de niños y adolescentes. En 2007 no fue tenido en cuenta y Sean Brady fue nombrado
cardenal. Brady, no obstante, ha sido muy criticado al trascender que habló con dos víctimas de un
cura pedófilo y no informó a la policía.
Luego de un papado de 27 años de Juan Pablo II fue elegido Benedicto, quien es
visto como una figura de transición en la Iglesia. Era un religioso conocido, con comentarios
severos sobre los abusos sexuales -que calificó de "inmundicia"-, que habría castigado a curas
abusadores y tenía una foja que parecía ejemplar.
Pero ahora han surgido cuestionamientos de su manejo de denuncias de abusos
cuando fue arzobispo de Munich y como jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Sus
partidarios dicen que no hizo nada irregular.
Cuando comience la búsqueda de un sucesor, es previsible que se trate de
conseguir alguien sin trapitos sucios. Probablemente se dé preferencia a figuras que no encabezaron
una diócesis y no tuvieron que lidiar con denuncias de abusos.
No sería de extrañar que se busque alguien relativamente joven, que no
pertenezca a la generación actual, tan manchada por el escándalo. A principios de abril, Benedicto
nombró arzobispo de Los Angeles a José Gómez, un mexicano que simpatizó con el Opus Dei. Varias
víctimas de abusos han dicho que Gómez no dio respuesta satisfactoria a sus quejas por el manejo de
denuncias de abusos. Las autoridades eclesiásticas afirman que se tomaron las medidas
adecuadas.
En medio del debate sobre los abusos, ha pasado inadvertido el hecho de que la
Iglesia se prepara para hacer cambios.
Presencia femenina. El mes pasado, L’Osservatore Romano, el diario del
Vaticano, publicó los comentarios de una italiana, Lucetta Scaraffia, que dijo que una mayor
presencia femenina en la Iglesia "hubiera desgarrado el velo del código de silencio" en relación
con los abusos.
El influyente cardenal de Viena Christoph Schoenborn afirmó hace poco que hay
que abrir un "diálogo" en torno al celibato de los curas, aunque sin llegar a decir que debe ser
levantado ni a relacionarlo directamente con los abusos sexuales.
La noción de que Benedicto podría renunciar ha sido descartada por todo el
mundo. El propio Benedicto, sin embargo, fue quien planteó antes de su elección la posibilidad de
que los Papas no sirvan necesariamente de por vida.
Ahora que la gente vive más tiempo, "habría que considerar nuevas normas",
declaró en 2004 el entonces cardenal Ratzinger, en una entrevista con la publicación religiosa
Famiglia Cristiana. l (AP)
Encuentros
El Papa Benedicto XVI planea proseguir sus encuentros con víctimas de abusos por
parte de sacerdotes, pero fuera de la presión de los medios, aseguró ayer su portavoz, Federico
Lombardi. Benedicto XVI podría mantener este encuentro con víctimas de abusos durante su visita
prevista a Malta el fin de semana, dijo Lombardi a la prensa en el Vaticano.