"La Tierra podría ser justa", es el título de un libro escrito por el holandés Pierre Van Paasen. Algunos de sus conceptos merecen ser recordados: "Hitler fue una creación del mundo financiero internacional. Los consorcios armamentistas y petroleros franceses, checoslovacos, británicos, holandeses no retacearon su ayuda material al desequilibrado tirano cuando éste la requirió. El mundo se mostró indiferente cuando Hitler proclamó como objetivos esenciales de su doctrina la desaparición del judaísmo y el nacimiento de una raza aria superior. El comercio internacional y sus lacayos: prelados, estadistas, periodistas, diplomáticos, educadores, formadores de opinión pública alentaron, apoyaron e incitaron a la pandilla hitlerista durante años. La Guerra Mundial no trajo ningún acuerdo ni compromiso entre las grandes potencias. "En la actualidad este loco, loco mundo prosigue bamboleándose en busca de un justo destino. La investigación y la tecnología mejoran y prolongan la vida del ser humano pero simultáneamente surgen virus o desconocidas enfermedades mientras se expande y facilita el comercio internacional de drogas que destruye cuerpos y cerebros desde temprana edad. Los países industrializados canjean armamento para obtener petróleo de los países dueños del oro negro, facilitando que éstos últimos equipen militarmente a organizaciones terroristas. Se ataca a la naturaleza envenenando el ambiente, destruyendo fauna y flora a nivel mundial. Se rodea al ser humano con confort, comodidades y condiciones de vida impensadas tiempo atrás pero simultáneamente se prosigue dejando de lado a millones de personas que son explotadas, están hambrientas, enfermas, sin oportunidad de progreso. Los gobernantes y políticos practican y dan lugar a la corrupción desde cualquier nivel. La fuerza vence a la razón pero eso no importa mientras se sigan obteniendo ganancias. La Tierra podría ser justa pero no la dejamos.

































