El retroceso de los glaciares, uno de los efectos provocados por el aumento de la temperatura
global, podría llevar a que las sustancias tóxicas almacenadas en la nieve de los glaciares sean
transportadas hacia abajo con el agua derretida.
Así lo indicó un grupo de investigadores internacionales tras hallar
sustancias venenosas en el cerro más alto de la cordillera de los Andes, el Aconcagua, según indicó
ayer el centro Helmholtz de Leipzig (UFZ) para investigación medioambiental, en Alemania.
La nieve a 6.200 metros de altura presentaba bifenilos policlorados
(PCB), que nunca antes habían sido encontrados a semejante altura en una montaña. Esas sustancias
nocivas son compuestos clorados venenosos y cancerígenos.
Los resultados de las investigaciones fueron asentados por los
científicos del UFZ junto a colegas en España y Chile. El Aconcagua se encuentra en la parte sur de
los Andes, en la provincia de Mendoza, en la frontera con Chile, y cuenta con cinco grandes
glaciares. En las pruebas hallaron compuestos de larga vida como bifenilos hexaclorados (PCB 138) o
bifenilos heptaclorados (PCB 180).
Las cadenas montañosas podrían funcionar como barreras naturales contra
las sustancias nocivas orgánicas de larga vida que se dispersan por el mundo a través de la
atmósfera. Según los científicos, aún deben investigar qué papel juegan las montañas en la
dispersión de las sustancias tóxicas.
Por otra parte, la investigación indica que los PCB forman parte de los
12 contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano. Hasta mediados de los años 80 fueron
empleados sobre todo en transformadores, condensadores y líquidos hidráulicos y ablandadores.
Además de efectos crónicos como acné, caída del cabello o daños en el hígado, estas sustancias
están sospechadas de causar infertilidad en los hombres.
Al ritmo actual, para 2060 las temperaturas serán cuatro grados centígrados (siete Farenheit)
más altas que en la era preindustrial, de acuerdo con científicos británicos.