Una vez más son innegables la preparación académica y los inagotables recursos con que cuenta el “progre”; Si es por recursos, son gobierno, y por académicos, son universitarios. Lo lamentable es que el presente fue el futuro del pasado y en el pasado el candidato de hoy realizó declaraciones que, con el tiempo, se esfumaron. Recordemos, “la inseguridad se terminará cuando termine la exclusión” (hoy hay más inseguridad que antes y él fue gobierno); “el superávit fiscal no me quita el sueño” (hoy estamos endeudados y solicitamos más deuda). Y no olvidemos las acciones: ¿quién fue el primer intendente en llegar a Río Gallegos en abril del 2003 a felicitar; quién le obligó a cambiar una postura anticipada en la Cámara de Diputados de la Nación al bloque “progre”, en la votación por la ley de medios, y ordenó apoyar al oficialismo? Este candidato, hoy en campaña, dice que la década ganada por el oficialismo es una burla. Esta realidad indica que el ciudadano no necesariamente debe practicar la política (como aconseja el “progre”) a través de la participación: debe tener memoria y reconocer cuáles son sus intereses y los intereses del conjunto. Y fundamentalmente el costo de los resultados que le entrega el administrador político de turno, nunca olvidar, “de turno”. Gestión versus costos, eso es tener memoria.