La inusual expansión de su actividad comercial en medio de una crisis puso la mirada sobre la procedencia de sus fondos, que fueron ligados a la economía negra por rumores que los socios consideran malintencionados y sin ninguna apoyatura. Desde el grupo Asgar, sociedad ligada a los servicios gastronómicos que se quedó ya con ocho bares de Rosario y suma negocios en otros rubros, rechazaron de plano esas ligazones, al tiempo que aclararon cuáles son sus actividades lícitas para sostenerlo. "No tienen ningún sustento", confiaron los directivos, que dieron una exclusiva a La Capital para salir a aclarar las versiones.
Asgar tiene muchos inversores pero la cabeza visible es Santiago Gassman, un exarquero de fútbol devenido gastronómico hace 10 años y que es hoy el director de la empresa. Pero hay gente que proviene de la televisión y la publicidad, de la industria, muebleros, e incluso algunas amistades que siguen activas en las canchas y a veces participan. La empresa, según sus fundadores, se encarga de la parte operativa de los bares: se hacen cargo de las compras, ventas, proveedores, y de la promoción y la parte comercial. "Nosotros no compramos locales. Somos operadores gastronómicos y no necesariamente invertimos en los comercios", explica Gabriel Palermo, jefe de prensa del grupo.
Según los directivos, los llamaron los gastronómicos que estaban por cerrar y querían renovar, y en la mayoría de los locales quedaron los mismos dueños como socios, mientras otros vendieron. En algunos hay ocho socios, y en otros un solo propietario. Afirman que no son nuevos en el rubro, ya que hace una década comenzaron administrando Jimmy Wheelwright (Brown y Ricchieri), adonde no están más. Asgardian (Dorrego 564), Espiria (Montevideo 2124) y 15 Gringas (Córdoba 2095), que volvió a abrir, son de su propiedad. En el resto, cada fondo de comercio tiene sus socios, en los que tienen una participación minoritaria. "No son todos nuestros, los operamos. En algunos somos dueños, en otros tenemos partes societarias y en el resto simplemente los gestionamos", explica el realizador audiovisual.
El grupo creció a partir de la pandemia porque muchas sociedades necesitaron una profesionalización del rubro. Varios dueños vieron la necesidad de pasar de ser gastronómicos sueltos, que manejaban todo, desde la contratación de los mozos y los cocineros hasta los proveedores, a una mirada empresarial de la administración del negocio. "Al trabajar como grupo podés manejar otros costos porque hacés compras más grandes con beneficios, y trabajar convenios con marcas, como cuestiones publicitarias y posicionamiento en redes sociales", menciona sobre sus puntos fuertes.
Liquidado
El rubro está muy complicado, pero Palermo afirma que no son oportunistas que están "levantando muertos" en medio de una crisis del sector. "No hemos ido a comprar locales a remate. Nos han venido a buscar por capacidad de gestión y por fuerza de trabajo. No hay un aprovechamiento carancho de la situación de pandemia para ir a quedarnos con negocios de los demás, no es la intención ni el espíritu del grupo", aclara.
Su narrativa es que el nicho se fue creando. "Al tener organizada como una empresa la parte operativa y administrativa, terminamos brindando un servicio. Hay mucho marketing. Laburamos mucho toda la cuestión de la comunicación. Eso llevó a que nos buscaran", dice.
Por ejemplo en Filo, un proyecto en marcha de parrilla premium y tragos con gin para la esquina de Alvear y Güemes (ex Blest), el realizador audiovisual cuenta que "socios que tenemos en otros bares nos fueron a buscar para hacer la operación y el armado del negocio desde el concepto". En donde estaba Patagonia (Jujuy y Oroño), adelanta que "algunos inversores consiguieron alquilar esa esquina", pero todavía no puede develar para qué perfil porque no está definido. En algunos establecimientos tienen arreglos sobre la facturación por porcentaje, y en otros casos por un fijo. "Tenemos el objetivo de ser los mejores de Rosario. Hasta ahora no hemos tenido fracasos", confió.
Sin embargo, hoy para Asgar no es momento de ganar sino de invertir en la infraestructura de la empresa. "Sabemos que en un momento la actividad se va a abrir y eso será mas jugoso. No somos una sociedad de beneficencia, tenemos intención de ganar dinero. Si se pueden comprar bares, se hará", advierte, y dijo que especulan con que como muy lejos, eso suceda entre septiembre y octubre. No es fácil aguantar con todos los cierres, limitaciones y restricciones que tiene el rubro, pero están confiados: "Creemos ser lo suficientemente creativos, y esperamos que después de eso siga creciendo y que podamos ver los frutos que hoy no vemos. En la actualidad es un sufrimiento, hay que hacer un gran esfuerzo", reconoció.
Estrategias
La pandemia hizo que las personas dejaran de ser clientes de los locales para hacerse usuarios de las apps: por eso introdujeron la estrategia de largar diferentes "marcas" que solo existen para envíos a domicilio. Algunas funcionan en "dark kitchens" (cocinas sin local a la calle) y otras en las de comercios socios. "Lo hicimos para que nuestra gente pueda tener una salida económica al estar cerrados. Hubo que salir a inventar algo para mantener a la gente trabajando", admitió.
Respecto de las inversiones en otros rubros, puntualiza que en algunos tienen una parte societaria y en otros no. "Son negocios simples, como las barberías, donde los barberos son las estrellas y los que llevan los clientes y nosotros gestionamos. Los emprendimientos inmobiliarios son algo aparte, son oportunidades que se han ido dando con alguna inversión con loteos en los que formamos parte muy minoritaria", señaló.
El empresario cree que Asgar se está convirtiendo en un actor de peso que va a cambiar el mapa de la gastronomía rosarina. "No tengo registro de que exista otra firma que haga esto. Siempre hubo dueños de bares que tenían dos o tres locales, pero no ofrecían este servicio de gestión. Es distinto y por eso se presta a confusión", disparó para disipar los rumores. "Está pensando para llevar a la excelencia cualquier negocio que agarramos. No tiene techo porque son todos locales que tienen perfiles distintos. Al menos en Rosario", deslizó. Quizás la expansión cruce los límites de la ciudad.