"Vamos a ser gobierno en Rosario y en la provincia de Santa Fe, y para eso tenemos que prepararnos". Con esta frase, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, dejó en evidencia el propósito que se impuso el macrismo para extender su poder territorial para hacer base en una provincia y en una ciudad donde Cambiemos ya tiene un camino político transitado. El relanzamiento de la Fundación Pensar, ayer en un hotel céntrico, persigue ese objetivo: instalar al diputado Luciano Laspina, una figura de su propio cuño, como la carta electoral para el 2017.
Laspina fue ayer puesto como el flamante presidente de la Fundación Pensar en la provincia, secundado por su colega diputada Anita Martínez. Esta entidad opera como la escuela política del PRO. De allí salió la mayoría de los funcionarios que escalaron en el Gobierno porteño y que hoy están en el Ejecutivo nacional. El desafío que expresaron sus protagonistas es hacer que esta Fundación acune y abrigue también los pensamientos de las otras fuerzas políticas que integran Cambiemos, como la UCR y la Coalición Cívica.
Tanto Laspina, Martínez como Frigerio pivotaron con su discurso esta idea fuerza: la conformación de equipos para identificar los problemas de la "gente" y formular las propuestas para resolverlos. Y si las urnas le dan la razón, imponerlos desde un nivel ejecutivo.
Se los avisó Frigerio sin tantas vueltas. Dijo que Cambiemos debe estar preparado para gobernar Santa Fe y también la ciudad de Rosario. Y que la Fundación Pensar debe ser el laboratorio desde donde surjan las ideas que se van a imponer en la sociedad, porque la "gente" quiere el cambio, "terminar con el populismo y la demagogia", como lo demostró en diciembre del año pasado cuando llevó a la cúspide del poder a Mauricio Macri.
Laspina llamó a aquel triunfo como una "revolución cívica". Entró un poco en nostalgia cuando recordó lo cerca que estuvo el PRO de ganar la elección a gobernador con Miguel Del Sel, pero se recobró de ese impulso inicial para augurar buenos tiempos para Cambiemos y todos los santafesinos. "En la campaña propusimos ideas y hoy estamos para aportar soluciones. Tenemos un desafío gigante para ser una alternativa en la provincia", postuló el diputado macrista.
Seguridad. La demostración de fuerza política que hizo ayer el PRO en Rosario se dio en un contexto de tensión con el gobierno de Miguel Lifschitz por desacuerdos en materia de seguridad, en especial por el arribo a la ciudad de las fuerzas federales. Ese tópico sobrevoló el ambiente y los discursos de los protagonistas. Entienden que es un flanco débil del Frente Progresista y por esas grietas se filtraron los comentarios.
"El gobierno nacional va a ayudar con todos los instrumentos del Estado a Santa Fe y Santa Fe se tiene que dejar ayudar, pero tenemos que entender que en estos diez años se hicieron las cosas mal, no solo de parte del kirchnerismo, sino también del socialismo. Los problemas que no se admiten no se pueden cambiar", dijo Frigerio ante el cerrado aplauso del auditorio (ver página 6).
El ministro del Interior aduce que los políticos con responsabilidad de gobierno tienen que decirle "la verdad a la gente aunque duela", y que ese es el desafío del cambio cultural que propone Macri.
Más allá de ciertos padecimientos presentes, Frigerio también se encargó de enumerar los logros de estos meses de gestión y que parecían impensados o imposibles de llevarlos a cabo, como el levantamiento del cepo cambiario o la salida del default.
El relanzamiento de la Fundación Pensar encontró en el mismo salón a la crema y nata del nuevo poder amarillo. Una luminaria que se nutre de las figuras ya conocidas (Del Sel dio su presente a través de un saludo por video), pero que tiene acendrado en su seno a los sectores empresarios que quieren dejar atrás la larga noche del populismo.