El Papa Francisco celebrará mañana una visita relámpago al Parlamento Europeo y al Consejo de Europa para abogar en el viejo continente por la tolerancia, contra la xenofobia y por la justicia social frente a la crisis económica.
El Papa Francisco celebrará mañana una visita relámpago al Parlamento Europeo y al Consejo de Europa para abogar en el viejo continente por la tolerancia, contra la xenofobia y por la justicia social frente a la crisis económica.
Las dos instituciones, con sede en la ciudad francesa de Estrasburgo, representan a más 800 millones de ciudadanos europeos.
El Papa argentino pronunciará dos discursos en las instituciones europeas. Se trata de la visita más corta que un Papa realiza en el extranjero, de tan sólo cuatro horas.
A pesar de la brevedad, la visita al Parlamento Europeo y al Consejo de Europa representa para la Santa Sede una cita "de grandísimo relieve", recalcó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
Se trata de la segunda vez que un Papa visita el Parlamento Europeo, creado en 1950, después de que lo hiciera Juan Pablo II el 11 de octubre de 1988.
El programa de Francisco no incluye un encuentro privado con el presidente francés, François Hollande, como es tradición en los viajes oficiales, ni reuniones con grupos de católicos del país, para resaltar que se trata de una visita a las instituciones y no a Francia. Tampoco visitará la milenaria catedral gótica de Estrasburgo, consagrada al culto de la Virgen María, un rito que el Papa suele cumplir en las ciudades que visita.
Para compensar la decepción de la Iglesia francesa, el Vaticano anunció una visita a Francia en 2015.
"Despertar" a Europa, El Papa argentino, sumamente sensible al problema de la inmigración, ha solicitado en varias ocasiones a la Unión Europea más solidaridad con los refugiados y perseguidos en Africa, entre ellos numerosos cristianos. El Papa "del fin del mundo", como él mismo se ha definido, ha recibido reproches por haber "descuidado Europa", y haber dar más peso a los problemas del Nuevo Mundo.
En junio esbozó su visión de Europa y llegó a calificar el continente de "cansado" y de haber renegado sus raíces.
Aunque ha sido invitado por varios jefes de Estado y de gobierno europeos, sólo había aceptado visitar Albania, uno de los países más marginados del continente, respetando los principios de su pontificado de estar con los más pobres y necesitados.
En varias ocasiones, el Papa ha manifestado su deseo de que Europa sea una "tierra de acogida", que se oponga a la xenofobia, y calificó de "nuevos europeos" a los inmigrantes, tal como lo hizo en julio de 2013 en la isla italiana de Lampedusa, el destino de miles de indocumentados provenientes de Africa.
Según el vaticanista Sébastien Maillard, especialista de Europa para el diario francés La Croix y autor del libro "¿Qué hemos hecho con Europa?", "Francisco quiere despertar a Europa y mostrarle que recuperará sus raíces sólo si se abre a los demás, y no replegándose en su propia identidad".
Las dificultados económicas de capas enteras de la sociedad, el alto desempleo juvenil (21,6 por ciento), la soledad de los ancianos y el cada vez mayor rechazo a los inmigrantes e indocumentados que llegan de otros continentes han puesto en crisis el modelo de una Europa próspera, abierta y equitativa. La intervención del jefe de la Iglesia católica ante las instituciones europeas ha suscitado protestas entre algunos eurodiputados de izquierda, en particular los españoles de Izquierda Plural, que saldrán del hemiciclo durante el discurso papal.
Coincidiendo con el centenario de la Primera Guerra Mundial y del 50 aniversario del segundo conflicto mundial, es probable que el Papa abogue por la paz en Ucrania, un conflicto que pone en vilo a todo el viejo continente y que ha causado más de cuatro mil muertos en ocho meses.
Pidió a los sacerdotes “ser pastores y no mercenarios”
El Papa Francisco pidió ayer a los sacerdotes que sean pastores caracterizados por una actitud de “ternura” y “amor” hacia los cristianos, para evitar así convertirse en “mercenarios”.
“Todos los que en la Iglesia estamos llamados a ser pastores, no podemos desviarnos de este modelo si no queremos convertirnos en mercenarios. El pueblo de Dios tiene un olfato infalible para reconocer a los buenos pastores y distinguirlos de los mercenarios”, afirmó el Papa Francisco durante una ceremonia de beatificación. El pontífice presidió la beatificación de cuatro italianos y dos indios: Giovanni Antonio Farina (1803-1888); Kuriakose Elias Chavara della Sacra Famiglia (1805-1871); Ludovico da Casoria (1814-1885); Nicola da Longobardi (1650-1709); Eufrasia Eluvathingal del Sacro Cuore (1877-1952); Amato Ronconi (ca 1226-ca 1292).
Durante su alocución, el obispo de Roma apeló a la “cercanía y ternura” para afirmar que son las máximas que deben guiar a los pastores de la Iglesia católica, siguiendo el modelo de Jesucristo. El modelo que ofrece hoy la Iglesia, según el pontífice, ha de ser el de dedicarse sin reposo al servicio de pobres, enfermos, ancianos y peregrinos.
Tras la ceremonia, el Papa Francisco rezó el Angelus junto con el resto de católicos asistentes, no desde la ventana del palacio apostólico como es habitual, sino desde la plaza de San Pedro.
Celebra la misa con un torrontés argentino
Productores de uvas rionegrinos aportan su producción para la elaboración del vino torrontés que el Papa Francisco ya utiliza para oficiar sus misas.
La fruta de los productores de Río Negro forma parte de este vino de misa creado por enólogos de la Bodega Experimental del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) de Mendoza.
Se trata de una variedad nacional que surge de un cruzamiento natural argentino con las variedades moscatel y criolla chica.
En este sentido, el director de Vitivinicultura de la provincia, Carlos Banacloy, resaltó que “en la elaboración de los 500 litros de vino que se entregarán al Sumo Pontífice se utilizaron también uvas de otras provincias, como Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza”.
Agregó que “de acuerdo a lo informado por Santiago Sari, enólogo del Inta Mendoza e integrante del equipo elaborador del vino, el producto es de una riqueza aromática importante, con descriptores de aromas florales y representativa de los vinos blancos tradicionales de Argentina”. Un gran número de los vinos argentinos proviene de cepas europeas.