En su primer discurso en tierras brasileñas, el Papa Francisco agradeció a Dios la oportunidad de regresar a "la amada América latina" en el primer viaje internacional de su pontificado, y exhortó a cuidar a los jóvenes, a los que definió como "el ventanal por el que entra el futuro del mundo". "No traigo oro ni plata, sino lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo", dijo y pidió "permiso" al pueblo de Brasil que ayer lo recibió "para pasar esta semana con ustedes" para presidir la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se inaugurará mañana.
En medio de la inmensa alegría de cientos de miles de fieles, se conoció ayer que la policía había hallado y hecho estallar anteayer un pequeño explosivo de fabricación artesanal en un estacionamiento cerca de un santuario católico en la ciudad de Aparecida, donde el Pontífice se trasladará esta semana.
El Papa viajó ayer desde Italia a bordo de un Airbus 330 de Alitalia (bautizado con el nombre del pintor italiano Giovanni Bautista Tiepolo) y aterrizó en el aeropuerto Tom Jobim de Río de Janeiro pasadas las 15.45. Al bajar del avión, lo recibió la presidenta Dilma Rousseff.
Apenas salió del aeropuerto, Francisco entró en contacto con la multitud. Primero, recorrió las calles cariocas a bordo de un jeep blanco, y luego se subió al papamóvil para saludar a los fieles de cerca.
"He aprendido que, para tener acceso al pueblo brasileño, hay que entrar por el portal de su inmenso corazón: permítanme, pues, que llame suavemente a esa puerta. Pido permiso para entrar y pasar esta semana con ustedes", dijo el pontífice al iniciar su discurso en portugués en el Palacio Guanabara, donde es recibido por la presidenta Dilma Rousseff y su gabinete.
La presidenta Rousseff, al recibir al Pontífice defendió una acción conjunta con el Vaticano en favor de una "amplia alianza global para el combate contra el hambre y la pobreza"
Por su parte, en su discurso, el Papa exhortó a cuidar a los jóvenes, argumentando que "la juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo", y por ello "impone grandes retos" para la generación más mayor, entre ellos, el de dejar de legado para los jóvenes "un mundo que corresponda a la medida de la vida humana".
"Transmitirle valores duraderos por los que valga la pena vivir; asegurarle un horizonte trascendente para su sed de auténtica felicidad y su creatividad en el bien; dejarle en herencia un mundo que corresponda a la medida de la vida humana; despertar en él las mejores potencialidades para ser protagonista de su propio porvenir, y corresponsable del destino de todos", enumeró.
Francisco se refirió a una expresión muy usada en Brasil, por padres que se refieren a sus hijos como "la pupila de nuestros ojos".
"¡Qué hermosa es esta expresión de la sabiduría brasileña, que aplica a los jóvenes la imagen de la pupila de los ojos, la abertura por la que entra la luz en nosotros, regalándonos el milagro de la vista! ¿Qué sería de nosotros si no cuidáramos nuestros ojos? ¿Cómo podríamos avanzar? Mi esperanza es que, en esta semana, cada uno de nosotros se deje interpelar por esta pregunta provocadora", afirmó.
El Papa afirmó, por otra parte, que la JMJ representa una oportunidad para reunirse con jóvenes de todo el mundo para que atiendan el llamado expresado en el lema de la edición de 2013 del evento: "Vayan y hagan discípulos en todas las naciones".
"Estos jóvenes provienen de diversos continentes, hablan idiomas diferentes, pertenecen a distintas culturas y, sin embargo, encuentran en Cristo las respuestas a sus más altas y comunes aspiraciones, y pueden saciar el hambre de una verdad clara y de un genuino amor que los una por encima de cualquier diferencia", aseveró el Papa, quien recibió una ovación al final de su discurso.
El Papa, de 76 años, comenzó la jornada recibido por una multitud que se abalanzó sobre el automóvil que lo llevaba al lugar donde lo esperaba un papamóvil sin blindaje, que minutos más tarde lo trasladó por un recorrido más organizado por el centro de la ciudad.
Los fieles se acercaron al vehículo mientras escoltas de seguridad del Vaticano empujaban a quienes se abalanzaban al vehículo. Entre tanto, había gente que corría en las aceras tratando de ver al Papa al interior del auto, un Fiat Idea gris.
En una parte del trayecto, el vehículo se detuvo y el Papa llamó a una mujer con un niño en brazos, luego sostuvo al niño por un momento y le dio un beso.
Viaja Cristina
La presidenta Cristina de Kirchner asistirá el próximo domingo a la multitudinaria misa que ofrecerá en Río de Janeiro el Papa Francisco, en lo que será la principal actividad que desplegará el Sumo Pontífice como parte de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Está previsto que la jefa de Estado parta este sábado después de las 18.