Escribo con una mezcla de vergüenza, admiración, bronca, incredulidad y esperanza. Tuve la suerte de participar hace unos días de una colecta de juguetes para los chicos internados en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela. Como ocurre siempre, se acercaron artistas y personalidades a ayudar, además de algunas y de mucha gente que nos dio cajas y cajas de juguetes. Fue increíble. Estaremos por siempre agradecidos a todos por su aporte, y también a quienes colaboraron con nosotros. Días después nos acercamos al hospital a llevar los juguetes junto a los integrantes del Grupo Custom de Rosario. Los menciono porque se portaron genial, fueron los Papa Noel motorizados. Nos encontramos con la directora y su grupo de trabajo, que cuando uno no sabe lo que hacen a diario y los ve trabajando reflexiona acerca de las pavadas por las que se queja a diario. Esta gente le pone unas ganas terribles por esos chiquitos que tanto la necesitan. Recomiendo ir alguna vez y ver lo que esta gente vive a diario, es una cachetada ver las carencias básicas que esta gente vive a diario. ¿Cómo puede ser que una doctora, enfermera o directora tenga que salir a pedir que les donen pañales, leche, aire acondicionado o heladeras para medicamentos, etcétera, y encima ponerles las ganas que le ponen para enfrentar todos los días casos durísimos de chiquitos enfermos que de no ser por este evento no recibirían este año un solo juguete? Las caritas de alegría de esos nenes nos llenan el alma de satisfacción, pero el entorno nos da bronca. Vivimos sin darnos cuenta de que hay gente que se desvive por estos chiquitos y no son reconocidos como se debe, que hay otra gente que debería dejar de lado el malgasto del dinero de los contribuyentes y poner atención en estos lugares para que no falte nada y los médicos, enfermeros y directivos puedan dedicarse a curar a los pacientes y no a ver si faltan pañales, comida, leche o pintura. Es una utopía creer que esta carta tendrá efecto en nuestros gobernantes. Igualmente me quedo tranquilo porque sé que para las próximas elecciones algunas bolsas de pañales acercarán. Mis más sinceros saludos a todo el personal del Vilela y a la gente que ayuda sin esperar un rédito económico o político.