El Papa Francisco abandonó por un día la tradición dominical de saludar a la multitud en la plaza San Pedro y prefirió tener un encuentro informal con los residentes de un pueblo situado en una colina en las afueras de Roma, sede de la residencia papal de verano.
A diferencia de sus predecesores, Francisco no pasa el verano en la residencia del Vaticano en Castel Gandolfo, un pueblo situado a orillas de un lago a 30 minutos en automóvil desde Roma en las colinas Albanas. En cambio vino a pasar el día, escapando de la sofocante humedad de la capital italiana por unas horas.
Por lo general cuando los pontífices están en Castel Gandolfo los domingos se asoman por una ventana que mira sobre un patio interno o en un balcón que da a una plaza del pueblo. Sin embargo en esta ocasión, Francisco habló con la gente y la saludó en la puerta principal, inclinándose para besar a los bebés en sus cochecitos.
El ambiente era casi de un vecindario: un joven se acercó al papa Francisco y le dio una palmada en el hombro, mientras que otra persona que le contó que era su cumpleaños.
Asimismo dijo que iba a almorzar con sus colegas jesuitas, que administran el observatorio astronómico del Vaticano en Castel Gandolfo, antes de volver a Roma.
El Papa, mencionó que viajaría pronto a Brasil para reunirse con los jóvenes para el Día Mundial de la Juventud de la Iglesia.
"Las Jornadas Mundiales de la Juventud de Río de Janeiro se acercan. Partiré en ocho días, pero muchos jóvenes partirán hacia Brasil antes", declaró el Papa en su primer Angelus celebrado en Castel Gandolfo. "Entonces oremos por este gran peregrinaje que comienza, para que Nuestra Señora Aparecida, la patrona de Brasil, guíe los pasos de los participantes y abra su corazón para que reciban la misión que el Cristo les dará", dijo desde el portón del palacio apostólico que da a la plaza principal de la localidad.
El primer Papa jesuita y latinoamericano viajará por primera vez al extranjero hacia el continente que más católicos cuenta en el mundo pero que enfrenta un importante avance de evangelistas. Se espera la participación de unos dos millones de jóvenes, en su mayoría de Sudamérica.
Francisco no había estado en Castel Gandolfo desde marzo, cuando visitó a su predecesor Benedicto XVI, quien semanas después de su histórica jubilación se hospedaba en la residencia veraniega. Poco después Benedicto se trasladó a Roma para vivir en un monasterio dentro del Vaticano, donde tiene previsto pasar sus días en oración y meditación.
Pesadilla para la Curia. Cuando era cardenal Jorge Mario Bergoglio, ahora Francisco, era "la pesadilla de la curia romana" cuando actuaba en Buenos Aires, y hoy protagoniza "una revolución latinoamericana en el Vaticano", sostiene el periodista alemán Andreas Englisch, especializado en temas vinculados al Vaticano.
"Bergoglio era la pesadilla de la curia. Ningún otro cardenal fue tan maltratado como él durante su tiempo en Buenos Aires. Una de las críticas era porque enviaba a los mejores sacerdotes para los pobres y no para las parroquias ricas de la ciudad", afirma Englisch en entrevista que publicó ayer el diario brasileño O Estado de San Pablo.
El periodista, quien anticipó la renuncia del antecesor de Francisco, Benedicto XVI, casi un año antes de que efectivamente se produjera, dice estar "seguro" de que éste "nunca imaginó" que los cardenales elegirían a Bergoglio. Esto ocurrió a raíz del progresivo deterioro de la imagen del gobierno del Vaticano y de la curia, sacudidos por graves crisis internas la desatada por el "escándalo VatiLeaks".
"Benedicto XVI no sabía cuán mal evaluados estaban su gobierno y su curia. El nunca imaginó que la ira de los cardenales fuera tan grande al punto de elegir a la revolución", afirma el autor del libro "Francisco, el Papa de los humildes".
Explica que los cardenales "estaban completamente fastidiados con el pésimo trabajo de la curia, lo que incluye el escándalo del banco del Vaticano".
Asegura que la curia pretendía que fuera elegido un Papa "apolítico" como era Benedicto. "Juan Pablo II tomó el poder de la curia. Benedicto se lo devolvió. Por su perfil, Bergoglio era la pesadilla de la curia durante la elección (del nuevo Papa). El es completamente anticuria", agregó.
Para el periodista, "ningún otro Papa consiguió reducir el poder de la curia tan drásticamente como Francisco". "El quebró la estructura de aislamiento" al optar por no vivir en el Palacio Apostólico sino en una suite de la residencia de invitados de la Casa Santa Marta.