Científicos internacionales han demostrado de forma convincente la tesis de que los dinosaurios se extinguieron debido a un asteroide. Para confirmar su teoría usaron un método mejorado que demuestra que el impacto de un cuerpo celeste y el fin de estos animales prehistóricos tuvieron lugar en fechas muy próximas. En resumen: fue la colisión de un cuerpo celeste con la Tierra lo que realmente acabó con los dinosaurios y no las erupciones volcánicas o el cambio climático, como durante mucho tiempo se sostuvo como únicas causas de su extinción.
El estudio, que dirigió el geólogo estadounidense Paul Renne, del Geochronology Center de la Universidad de California, en Berkeley, se publica ahora en Science (revista de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia).
Ya en la década de 1980, investigadores estadounidenses relacionaron el fin de estos animales gigantes con el impacto de un enorme asteroide a fines del período cretácico en la penísula de Yucatán (México). Sin embargo, esta tesis no se pudo demostrar durante mucho tiempo.
"Hasta el momento el problema era que el margen de error del principal método para datar era de cerca de un uno por cierto. En un período de 66 millones de años, eso supone 660.000 años, es decir era bastante impreciso", explicó el profesor de paleooceanografía Heiko Plike, del centro de investigación Marum de la Universidad de Bremen, que también participa en la publicación de Science con un artículo que acompaña la información.
Los mamíferos placentarios sólo aparecieron después de la desaparición de los dinosaurios en la Tierra. Su antepasado común probablemente fue un pequeño cuadrúpedo que comía insectos y que se desarrolló entre 200.000 y 400.000 años después de la muerte, ocurrida hace unos 65 millones de años, del 70 por ciento de todas las especies vivas que entonces habitaban la Tierra, entre ellas los dinosaurios.
Según los científicos, ese cuadrúpedo pesaba entre seis y 245 gramos, comía insectos y daba a luz a crías individuales, que nacían desnudos y con los ojos cerrados.
Durante los siguientes dos o tres millones de años surgieron las numerosas categorías y especies de mamíferos placentarios que hoy existen en la Tierra, desde los roedores hasta el ser humano pasando por las ballenas.
De acuerdo con investigaciones de genética molecular, los representantes más antiguos de esta clase de mamíferos ya vivían en la Tierra hace 100 millones de años, es decir, mucho antes de la extinción de los dinosaurios. Sin embargo, los fósiles hallados no sustentan esta teoría. La mayoría de los fósiles de una gran diversidad de especies sólo tienen una antigüedad de unos 55 millones de años.
"En el ámbito de la investigación sobre mamíferos había una gran brecha entre los que trabajaban con el ADN y los que se ocupaban de la morfología. Hasta ahora nunca ha habido una colaboración entre esos dos grupos", explica John Wible, del Carnegie Museum of National History.