En medio de una ola de delincuencia creciente, la inflación galopante y la carencia de productos básicos, el partido gobernante de Venezuela, fundado por el difunto Hugo Chávez, enfrenta por primera vez en 17 años la posibilidad de sufrir una fuerte derrota en las elecciones legislativas de hoy a manos de una oposición que le lleva 30 puntos de ventaja en las encuestas, según la agencia de noticias AP. Si la oposición logra arrebatar la mayoría de los escaños de la Asamblea Nacional —el Parlamento unicameral— al gobierno del presidente Nicolás Maduro y su constelación de formaciones aliadas podría comenzar por primera vez desde 1999 a contener el enorme poder que ejerce el Ejecutivo venezolano sobre la vida nacional.
Algunos sectores opositores han anunciado también que, de ganar hoy el control de la Asamblea, podrían promover un referendo revocatorio del mandato de Maduro antes de que complete su período de seis años, que termina en 2019. La popularidad de Maduro se ha visto muy golpeada por la crisis económica, caracterizada por una galopante inflación —superior al 200 por ciento anual en estos momentos— y gravísimos problemas de desabastecimiento de alimentos y otros bienes básicos. Pero si bien la oposición dispondría de mecanismos para acortar el mandato de Maduro y lograr un adelanto de elecciones, ambas opciones aparecen complejas. Una enmienda constitucional demanda mayoría simple (84 de los 167 diputados) y posterior aprobación en referendo. Convocar una Asamblea Constituyente requiere mayoría absoluta (112 diputados) y un largo proceso de refrendación. Pero además hay razones de fondo que harían inconveniente esta apuesta, sólo impulsada por el ala más radical de la oposición. Tras las elecciones, "Maduro seguirá siendo el presidente", recordó a la agencia AFP Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis, para quien la oposición no debería permitir que se imponga su sector radical, sino "presionar por cambios" y un "balance de poder". "Si prevalece el ala radical e intenta utilizar el triunfo con la idea de que hay que sacar al gobierno de inmediato, que esto es un plebiscito y hay que ir a las calles a desestabilizar, la oposición habrá perdido una oportunidad de oro para consolidarse. Sería un planteamiento de bicicleta contra tren", añade. En esa línea, el secretario de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, señaló que "lo que está en juego es mucho más importante que una simple remoción (del presidente). No vamos a ejercer la mayoría para cambiar un sectarismo por otro". Pero advirtió que la MUD buscará la salida de Maduro si obstruye las reformas que planteará en caso de victoria.
Luis Vicente León destacó por otro lado "el hecho de que por primera vez en 17 años la oposición sea la favorita para ganar''. Añadió que la elección es importante para la oposición "en términos de su integración, de su articulación, de su capacidad'' para mostrarse como expresión de "una opinión mayoritaria de castigo o rechazo al gobierno. Sería interesante políticamente para el refortalecimiento, tanto de la oposición como de sus líderes. a gente está ávida de cambios, de propuestas, de alternativas''.
Los adversarios del gobierno buscan imponer, como mínimo, algún límite al Ejecutivo, que ha colonizado los poderes públicos, haciendo de la división de poderes un espejismo. De lograr 101 escaños sobre el total de 167 en juego de la Asamblea, la MUD alcanzaría la mayoría calificada, decisiva para promover leyes o evitar que se realicen modificaciones sustanciales de estas, aprobar mociones de censura contra los ministros y el vicepresidente y remover a las muy cuestionadas autoridades electorales.
Tres quintos.PUNCTUATION_SPACETres quintas partes de la Asamblea, o 101 votos, es el mínimo requerido por la ley que habilita al presidente a gobernar por decreto. La mayoría de las reformas que Chávez y Maduro se hicieron mediante "leyes habilitantes". De ver disminuida su representación en la Asamblea, Maduro estaría obligado a negociar con sus adversarios. De ahí que el presidente en sus numerosos discursos haya reiterado su amenazante llamado a "ganar como sea" (ver aparte).
Pese a que la popularidad de Maduro en los últimos meses ha caído en barrena, el oficialismo sigue contando con el apoyo de una porción importante de la población, en particular entre los extensos sectores más pobres. Se espera que los primeros resultados se den a conocer hoy muy tarde en la noche. Los más de 14.515 centros de votación abrirán a las 6 horas y cerrarán a las 18 (una hora más en Argentina). La votación se podría extender más allá de ese horario en las mesas en las que existan aún electores por sufragar.
Críticas al "como sea" de Nicolás Maduro
Una coalición de organizaciones no gubernamentales venezolanas defensoras de los derechos humanos lamentó la polémica y repetida frase del presidente Nicolás Maduro de que el oficialismo ganará las elecciones legislativas "como sea". "Lamentamos que el primer mandatario no haya tenido la capacidad de emitir mensajes claros, y sin ambigüedades, sobre la necesidad de que las elecciones fueran realizadas en estricto respeto a todos los derechos ciudadanos asociados al voto", dijeron en una declaración.
Agregaron que la frase "como sea" y la amenaza de que "tomaría la calle" si los resultados fuesen adversos al oficialismo "aumentan la crispación y el desasosiego en momentos en que la jefatura del Estado debe mantener una conducta institucional que transmita confianza y tranquilidad y estimule el respeto a la voluntad popular". En campaña, Maduro repitió la frase e incluso el comando de campaña difundió temas musicales con el lema: "Como sea".
La declaración fue suscrita por 38 organizaciones no gubernamentales, entre ellas el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea). Las Ong añaden que esperan que la misión de la Unasur incluya en su informe final las denuncias sobre intimidación a empleados públicos y uso de recursos públicos que le han llegado. Estos actos violan la condición de "elecciones limpias", que para la OEA caracterizan a elecciones democráticas. La OEA no envió una misión de veedores electorales porque Venezuela rechazó su petición, así como la de la Unión Europea (UE). La misión de la Unasur no es de supervisión electoral, sino solo de "acompañamiento".
Censura previa.PUNCTUATION_SPACEEn tanto, Reporteros Sin Fronteras (RSF) denunció que el gobierno impone "censura preventiva" a los corresponsales extranjeros al exigirles que se comprometan por escrito a aceptar el retiro de la acreditación si no publican "información veraz y oportuna". "Esta censura preventiva impuesta a los medios de comunicación internacionales es intolerable", opinó Emmanuel Colombié, de RSF. Si el periodista "incumple" el compromiso de "transmitir información veraz y oportuna" acepta que se le revoque "la acreditación otorgada por las autoridades competentes", señala la carta que el Ministerio de Comunicación venezolano exige para aprobar el permiso. El documento demanda "ejercer un periodismo honesto y equilibrado", "respetar a las autoridades competentes", y "no manipular imágenes, audios o textos para cambiar su sentido, origen o conceptos". RSF advierte que la misiva "no respeta los estándares internacionales de libertad de expresión ni el proceso oficial de acreditación de corresponsales" contemplado por las leyes venezolanas. Venezuela ocupa el lugar 137 entre 180 países en el ránking de libertad de prensa que publicó RSF este año.