Los países de América latina y el Caribe crecerán este año 3,5 por ciento promedio. Así lo estimó ayer el Banco Mundial, que prevé mejoras del 3 por ciento en las economías de Argentina y Brasil.
Los países de América latina y el Caribe crecerán este año 3,5 por ciento promedio. Así lo estimó ayer el Banco Mundial, que prevé mejoras del 3 por ciento en las economías de Argentina y Brasil.
El último reporte semestral difundido por el organismo multilateral, que mañana realizará en Wahington su asamblea anual conjunta con el Fondo Monetario Internacional, indica que el crecimiento regional del 3,5 por ciento significaría una mejora respecto al 3 por ciento del año pasado pero aún por debajo del promedio de 5 por ciento previo a la crisis de 2008-2009.
El economista jefe del Banco Mundial para la región, Augusto de la Torre, advirtió en ese sentido que "los vientos globales" que favorecieron el crecimiento económico y la inclusión social en la región durante la última década, "están reduciéndose y a menos que América latina y el Caribe hagan grandes reformas, va a pasar a una tasa de crecimiento menor".
La exposición de De la Torre se concretó en el marco de las jornadas previas al inicio de la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial.
Las tasas varían desde un 0,1 por ciento y 1 por ciento para Venezuela y Jamaica, respectivamente, a 6 por ciento en Perú, casi 9 por ciento en Panamá y más del 11 por ciento en Paraguay. Por su parte, Bolivia, Chile y Colombia, seguirán creciendo por encima del promedio regional, con proyecciones del 4 por ciento y 5 por ciento.
Demanda interna. De la Torre señaló que el "eje de las políticas se está desplazando de los motores de crecimiento externos a los internos y de la preocupación por la estabilidad macro y financiera, a reformas que estimulen el crecimiento".
Así, para estimular sus motores de crecimiento interno, la región "debe comprender" las características de su patrón de crecimiento que se basa "en la demanda doméstica", lo que marca un "contraste muy fuerte con países del sudeste asiático donde el patrón se asienta sobre la demanda externa", o sea las exportaciones.
La "contracara externa del crecimiento interno impulsado por la demanda es la tendencia de América latina a generar déficit de cuenta corriente recurrentes, financiados por inversiones extranjeras directas", mencionó el economista.
El correlato de la demanda agregada es que en la región "la oferta le da un peso mucho mayor al sector de servicios" que cumplió un rol importante en la baja de la tasa de desempleo, siendo que "el crecimiento de la productividad del trabajo en el sector ha repuntado en los últimos años".
De acuerdo a las circunstancias que plantea el reporte, América latina "difícilmente pueda convertirse en un tigre asiático" dados sus salarios relativamente altos comparados con otras regiones.
Ahorro. También en la región el ahorro tiende a ser más bajo debido a que existe un mayor nivel de consumo, en parte debido a la gran cantidad de gente movilizándose de la clase baja hacia la media, tendencia a monedas apreciadas y a déficits en cuenta corriente.
"Revertir esto sería políticamente inviable y económicamente ineficiente", dijo el funcionario del Banco Mundial resaltando que la región "tiene que aprender a encontrar el camino para el crecimiento con lo que tiene".
Así, el "gran desafío es, dado lo que somos, nuestras características y personalidad económica, definir qué reformas necesitamos hacer para elevar la tasa de crecimiento por encima del 3,5 a fin de poder continuar con el progreso social que tuvimos la última década".
A modo de conclusión, Augusto de la Torre aseveró que "si se desea mejorar la competitividad más allá de los bienes intensivos en recursos naturales y sin sacrificar el nivel de vida, la consigna entonces es mejorar la productividad".