Y al circunspecto Palacio Pizzurno, sede nacional del Ministerio de Educación de la Nación, la casa de los maestros, un día llegó el gran maestro, Diego Maradona. Ese día fue ayer. Llegó la alegría.

Y al circunspecto Palacio Pizzurno, sede nacional del Ministerio de Educación de la Nación, la casa de los maestros, un día llegó el gran maestro, Diego Maradona. Ese día fue ayer. Llegó la alegría.
Fue para la presentación de "Los medios y el Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010", un libro con formato de manual editado por el propio Ministerio con la idea de llevar los partidos de fútbol del próximo Mundial al ámbito de la escuela, evitar los ausentismos masivos y explotar la veta cultural del megaevento deportivo.
Con ropa deportiva y barba tupida, Maradona sorprendió en el salón del segundo piso del Palacio cuando el acto de presentación ya había comenzado. Con Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, AFA, y el dueño de casa, el ministro Alberto Sileoni, el conductor del evento —Fabián Gianola— interrumpió la ceremonia y dio la bienvenida al ídolo, lo subió al escenario, y empezó otro acto.
La decisión del Ministerio de Educación de llevar televisores a las escuelas para que los alumnos vean los partidos de la Argentina y a su vez crear una currícula especial que permita vincular el mundial con la historia de los países y los valores que transmite el deporte, entre otros contenidos, "es una buena solución que se les ocurrió", sintetizó Maradona, "porque de lo contrario los chicos faltan a clase", agregó.
Luego el ídolo nacional contó que dejó la escuela en segundo año del secundario, "en mi casa mi viejo no quería que deje la escuela. De todos modos a mí la vida me dio muchas posibilidades, pero yo quisiera que todos los chicos que juegan al fútbol estudien y se entrenen simultáneamente porque es algo perfectamente compatible".


