En la misma jornada, dos taxis terminaron en el corralón después de que sus conductores no pudieran pasar el control de alcoholemia. Los test se realizaron ayer, a media mañana, en el marco de los controles de rutina que realiza la Dirección Municipal de Tránsito y arrojaron graduaciones alcohólicas elevadas, sobre todo porque para los conductores profesionales el índice de alcoholemia debe ser cero. Es más, en uno de los casos la prueba arrojó un resultado de 2,9 gramos de alcohol por litro de sangre, el mayor índice hallado este año en los operativos realizados por la Secretaría de Control y Convivencia del municipio.
Si bien el número de taxistas detectados en infracción en operativos de alcoholemia durante este año, siete incluyendo los dos de ayer, resulta insignificante respecto a los 4 mil taxis que circulan por la ciudad; también es cierto que estos casos se reiteran mientras se discuten normas tendientes a reducir los niveles de tolerancia al alcohol para los conductores particulares.
Para el director de Tránsito del municipio, Gustavo Adda, la situación es consecuencia de dos situaciones: el incremento en la cantidad de controles y que estos se sostengan en el tiempo. "Se ha duplicado la cantidad de controles y también se están empezando a ver sus resultados, porque el porcentaje de sanciones se está reduciendo", sostuvo.
El funcionario aclaró que la fiscalización del transporte público "no busca perseguir a un determinado sector, pero los conductores profesionales tienen que tener una conducta impecable".
A fondo. Los dos taxistas hallados en infracción ayer circulaban a media mañana por el distrito centro. Uno de ellos llevaba pasajeros.
El primero de los dos fue detectado en un control de rutina. Sobre las 9.30, los inspectores municipales estaban en la esquina de San Lorenzo y Corrientes cuando hicieron detener al Chevrolet Corsa RA 1099, donde viajaba una pareja.
Y la sorpresa fue mayúscula cuando el conductor, un hombre de 49 años, titular del vehículo, se bajó del auto, sopló la pipeta del test y el alcoholímetro marcó 2,9.
Los agentes tuvieron que mirar el resultado dos veces: la cifra casi multiplica por seis el máximo tolerado para los conductores particulares y, además, en todo el año no se había encontrado un porcentaje tan alto de alcohol por litro de sangre.
Unas horas después, un llamado a la línea 147 (donde se pueden denunciar irregularidades relacionadas con los servicios públicos) advertía que un Fiat Siena circulaba en forma imprudente por barrio del Abasto. Minutos después, los inspectores detenían al taxi (RA 0434) en Paraguay y Pasco.
Su chofer, un hombre de 26 años, no trasladaba pasajeros. Pero cuando se sometió al test de alcohol, la prueba denunció una graduación alcohólica de 0,94.
Para la legislación local, el límite de alcohol en sangre permitido es de 0,5 gamos por litro de sangre para los conductores particulares y 0 para los conductores de transportes públicos y de carga.
No obstante, un estudio del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) advierte que si bien se suelen subestimar los inconvenientes que genera el alcohol en la conducción, sus efectos sobre el conductor se generan incluso antes de alcanzar el límite legal para conducir.
Con 0,15 de alcoholemia ya se nota una disminución de reflejos, con 0,20 se dificulta la apreciación de las distancias y se subestima la velocidad, entre 0,30 y 0,50 se producen trastornos motores, euforia y aumento del tiempo de respuesta. Con una alcoholemia de 1,50 ya se produce cansancio, fatiga, pérdida de la agudeza visual y embriaguez motora y se considera que el riesgo de accidente se multiplica 16 veces.
En lo que va del mes, 18 taxis terminaron en el corralón por diversas irregularidades. De éstos, tres fueron por alcoholemia positiva de sus conductores. En lo que va del año, ya se sancionó a cinco taxistas por no superar el test de alcohol.
Se roban un documental sobre trata de personas de una oficina de la UNR
Las autoridades de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) denunciaron ayer el robo ocurrido el pasado 26 de noviembre, día no laborable por tratarse del día del no docente, en la oficina de la Dirección de Comunicación Multimedial, ubicada en calle Córdoba 1814. Según trascendió, autores anónimos se llevaron cinco discos rígidos y tres memorias que contenían el material completo de la producción del documental transmedia "Mujeres en Venta: trata de personas con fines de explotación sexual en Argentina", que se iba a presentar el próximo lunes 1º de diciembre en la sede de la Facultad de Derecho.
Ayer, por orden del rector Darío Maiorana, el asesor jurídico de la UNR inició el sumario administrativo correspondiente y presentó la denuncia al Juzgado federal en turno en tanto hoy hará una conferencia de prensa en la cual brindará detalles de lo ocurrido en compañía del vicerrector, Fabián Bicciré, y del director del documental, el Magister Fernando Irigaray.
"El material sustraído es de alto valor periodístico y testimonial", contó Irigaray. Y dijo que "representa más de nueve meses de trabajo de investigación y producción realizada por el equipo de la Dirección de Comunicación Multimedial en el que se almacenaban testimonios, videos, gráficos y estadísticas sobre la trata de personas en el país y que conformaban el material final de «Mujeres en venta», última edición de documedia de la UNR".
Cabe destacar que el 21 de noviembre pasado este trabajo fue declarado de interés municipal por el Concejo.
Por su parte, el diputado nacional y ex vicerrector de la UNR, Eduardo Seminara, repudió lo sucedido. "No sorprende que esta vez la universidad pública abordara un tema sensible a la comunidad y de una gravedad tal, que muchos puedan considerarse amenazados", destacó.