El Papa Francisco pidió ayer a los 19 cardenales nombrados el sábado, entre los que se encuentra el argentino Mario Poli, que aspiren a la santidad y eviten "los comportamientos propios de una corte", como "las intrigas, el chismorreo, los favoritismos, las preferencias", durante una misa en el Vaticano.
Un cardenal "entra en la Iglesia de Roma, no entra en una corte", advirtió Francisco en una misa celebrada en la basílica de San Pedro, junto a los nuevos cardenales nombrados anteayer, los primeros de su pontificado. De los 19 nuevos cardenales, cinco son latinoamericanos y entre ellos se encuentra el argentino Mario Poli, sucesor de Jorge Bergoglio en el arzobispado de Buenos Aires.
Los nuevos purpurados recibieron de manos del Papa el anillo y el capelo cardenalicio, en una ceremonia austera en el interior de la basílica San Pedro.
Asistió el Papa emérito, Benedicto XVI, en lo que es su primera reaparición pública en un evento desde su renuncia al máximo cargo de la Iglesia Católica. "Amemos a quienes nos son hostiles, bendigamos a quien dice mal de nosotros, saludemos con una sonrisa a quien tal vez no la merece, no aspiremos a hacernos valer, respondamos con la dulzura a la tiranía, olvidemos las humillaciones sufridas", recomendó el Santo Padre en su homilía. El obispo de Roma añadió que los cardenales deben ayudarse entre ellos y evitar "costumbres y comportamientos propios de una corte, como las intrigas, el chismorreo, los círculos, los favoritismos, las preferencias".
Ayer Francisco insistió en que "Jesús no vino al mundo para enseñarnos buenas maneras, maneras de salón". "Ser santos no es un lujo, es necesario para la salvación del mundo", clamó.
El Sumo Pontífice presidió la liturgia de ayer junto a cerca de 150 purpurados, reunidos desde hace varios días en el Vaticano para participar en un consistorio extraordinario de dos días sobre el tema de la familia, y luego para la creación de los nuevos cardenales.
De los cardenales nombrados el sábado, seis vienen de Latinoamérica, y otros de Burkina Faso, Costa de Marfil o Filipinas, "la periferia", según la fórmula que gusta emplear el Papa argentino. Con estos nombramientos entran en el colegio cardenalicio 16 nuevos electores, de menos de 80 años, que participarían en el nombramiento del próximo Papa en caso de haber un cónclave. Los otros tres, eméritos, tienen más de 80 años y no tienen derecho de voto en el cónclave. El colegio de cardenales cuenta ahora con 218 miembros, de los cuales 122 son electores.