Kim Phuc, la mujer protagonista de una foto histórica que la muestra como una
niña que corre desnuda durante un bombardeo en la guerra de Vietnam, ofreció ayer un conmovedor
testimonio de vida y perdón a los demás desde la fe, en un encuentro de católicos y evangélicos
realizado en la Capital Federal.
"Yo no podía perdonar. Pero el día que conocí a Jesucristo, el odio desapareció
y pude perdonar. Recuperé la esperanza y los sueños", dijo la mujer ante la multitud, en su mayoría
jóvenes, que colmó el estadio Luna Park.
Phuc, que ahora tiene 46 años y es embajadora de la Unesco, relató el horror de
aquel bombardeo de 1972, cuando el napalm de la bomba lanzada por un cazabombardero estadounidense
consumió su ropa y siguió corriendo desnuda para escapar del fuego, en una imagen que inmortalizó
el fotógrafo Nick Ut.
800 grados. "Me di cuenta de que si no podía escapar de la foto, por lo menos
podría trabajar con ella por la paz. Aquella niña de 9 años quemada por la bomba ya no corre, ahora
vuela", admitió.
La mujer describió el terrible dolor que causa el napalm en el cuerpo, que
hierve a 800 grados. "Se mete por debajo de la piel y te sigue quemando", graficó.
Por aquella experiencia sufrió quemaduras de tercer grado en la mitad del cuerpo
y debió ser sometida a 17 operaciones y un largo tratamiento psiquiátrico.
"Hoy, sigo teniendo muchas cicatrices y dolores en el cuerpo, pero mi corazón
está limpio. Después, comprendí que el valor del dolor de mi sufrimiento podría ayudar a otros.
Habiendo conocido la guerra, puedo conocer el valor de la paz", afirmó Phuc.
La embajadora de la Unesco dijo que "habiendo conocido el control comunista,
conozco el valor de la libertad; habiendo vivido el dolor, ahora conozco el amor: habiendo vivido
en la pobreza y no tener nada, ahora conozco el valor de tenerlo todo, y después de haber vivido
con temor, ahora conozco el valor de la fe y el perdón".
Phuc también explicó cómo se convirtió al cristianismo y pudo perdonar a quienes
le causaron tanto daño aunque reconoció que sintió "odio" y "quería encontrarlos, herirlos,
matarlos".
Encuentro singular. La mujer enfatizó que hay que "orar por los enemigos"
y reveló que ella llegó a perdonar al comandante del ejército estadounidense que ordenó bombardear
la aldea vietnamita donde vivía. "Me dijo «lo siento mucho, perdóname», nos abrazamos y lloramos
mucho", describió al recordar aquel encuentro con el militar en Washington.
El momento culminante de la jornada ecuménica por la unidad
de los cristianos fue ayer cuando Phuc rezó una oración de pie y tomada del hombro por el cardenal
Jorge Bergoglio y el pastor Carlos Saracco.
Después, el primado argentino la abrazó en una actitud
paternal, y dijo a la multitud que "el mensaje fuerte de hoy es que no tenemos que buscar entre los
muertos a quien está vivo", en referencia a Jesucristo.
"Cómo nos cuesta aceptar que Cristo resucitó, nosotros al
igual que la mujer del sepulcro vamos buscando quién nos mueva la puerta de entrada, buscamos
cintas rojas, plantamos ruda macho y nos convertimos en cristianos fabricadores de tristezas,
porque Cristo no resucitó entre nosotros", lamentó Bergoglio.
Los asistentes emitieron un mensaje al país llamando a la "reconciliación
en Jesús" en todos los ambientes, sobre todo exhortando a los políticos a que "antes del 28 de
junio, concierten, acuerden", porque, recordaron, "reconciliarse no significa diluir sus
ideologías, ni negar las discrepancias y diferencias". l (DyN)