La Escuela Técnica 293 Posta de San Lorenzo, cuyo origen fue idea de un gran estadista como Silvestre Begnis, tiene una impronta muy parecida por sus orígenes a finales de los años 50 al del Industrial Politécnico de Rosario o el Otto Krause de Buenos Aires. Vivimos aires de grandeza durante décadas en las que sus promociones no eran suficientes para abastecer la demanda de mano de obra calificada del cordón industrial. Se sucedieron muchos directores y docentes que prestigiaron la historia de la escuela. En la década de los 90, la perversa ley Federal de Educación que destruyó tantos sectores tenía como uno de sus objetivos desguazar currículas, talleres y laboratorios. Hoy muestra una realidad con una estructura que colapsa, con cursos de 70 alumnos, una alta demanda educativa producto de la reactivación del sector industrial en los últimos años. Uno puede pensar que como consecuencia de esta demanda los recursos humanos están a la altura. Pero no es así, fruto de una decadencia en las gestiones directivas y la falta de trabajo especializado en solucionar los temas que una escuela que está en proceso de organización o intervenida desde marzo de 2015. Los directores y vicedirectores que se nombraron son producto de una circunstancia política con tintes de improvisación y no de una lógica de restaurar un ámbito de diálogo entre los actores de la comunidad para construir entre todos una solución. Es imprescindible hablar de la capacitación e idoneidad de que se requiere para este trabajo, por ejemplo un pos título en gestión educativa. En muchos casos es muy complicado para un docente devenido en director, por ello todos los manuales dicen que debería ser un director con experiencia en escuelas del mismo tipo, cosa que no está sucediendo en la emblemática escuela industrial, y que desluce una falta de liderazgo imperdonable. Los datos que podemos tener en cuenta es la relación con los sectores productivos, que todos nos indican la baja en la calidad de conocimientos que pueden tener los egresados, cosa que para nada preocupa a las gestiones actuales de la escuela. La realidad es un dato muy fuerte que nos imprime una respuesta a la altura de las circunstancias.
Cristian Luis Battaglino
DNI 23.928.524
Por medio de la presente, quiero expresar mi agradecimiento al personal del Sanatorio Norte, en especial al doctor Aldo Kleiman y sus asistentes de sala de cirugía, como también a las siguientes personas del ofice del primer piso: Micaela Morales, Silvia Almirón, Gabriela Arguello, Gastón Mártin, Pablo Espinosa y Federico Ottonello. Gracias a todos ellos, hoy continúo una nueva vida.
Bertto Atilio Angel
DNI 12.823.703
Abril en Panamá y Comodoro Py
Amanece abril y los Papeles de Panamá suman otro condimento a un mes que ya de antemano se anunciaba intenso. Mientras se acerca un nuevo tarifazo, sin anestesia, que impactará en los flacos bolsillos, por las escalinatas de Comodoro Py desfilarán Vanoli, Kicillof y Cristina por la causa del dólar futuro. Una de cal y una de arena para Cambiemos. Es que Macri desplegó de entrada su cara más impopular mientras ansía el calorcito primaveral y poder decir: “lo peor ya pasó”. Pero, ¿cuánto tiempo más le durará al gobierno este clima de una gran parte de la sociedad pasiva y piadosa que mastica la bronca del bolsillo apretado mientras se consuela pensando que es culpa de la pesada herencia, del empresario agiotista y la plata que nos falta que es la que se robaron los Lázaro, Cristobal, Jaime, Bodou y tantos otros? En lo simbólico y discursivo ese razonamiento encuentra eco según las mediciones de opinión pública y le permiten al gobierno navegar las aguas turbulentas. ¿Pero cuántas tarifas infladas, boletos onerosos y changuitos livianos faltan para que se desparrame un malestar generalizado, atado con institucionalidad, diálogo político y un tufillo a justicia tan impredecible como esperanzador? ¿Podrán los malabares monetarios y privaciones ser domados por la apertura de las relaciones diplomáticas, mayor federalismo y al juego político entendido como competencia y no como guerra descarnada? Esperemos que este sacrificio que hace el ciudadano de a pie, el verdadero guapo, el que se levanta temprano sin chistar, sea el precio a pagar por la Argentina que nos prometieron.
Santiago Izaguirre
Un diálogo constructivo
Desde mi adolescencia creí y estaba convencida de que con toda persona se puede mantener un diálogo. De cualquier índole, mientras sea respetuoso, obviamente. En lo que hemos mejorado –y no es poco– es entender luego de mucho tiempo, que adversario y enemigo no son sinónimos. Lamentablemente lo fue un tiempo, hecho que nos marcó mucho. No obstante, comprendimos que hacer esa asociación, es un real disparate. Más bien atender a quién tiene algo para expresar, aporta, si se puede tomarse algún concepto. Si no es así, valió prestar oído antes de desechar por preconcepto o prejuicio. Así y todo, yendo a otras esferas, se observa a veces la devaluación del que no coincide o piensa distinto, al margen de lo político. A veces simplemente, para que sea más sutil la cosa, no es ni escuchada la idea, sin que esto se note o lo perciba quien se está manifestando. O sea, que se pasó por alto una oportunidad, y esto no es poco. En grupos chicos, como puede ser una familia, un grupo de amigos, una asociación, una reunión de colegas, esto a veces pasa. Para mayor abundamiento, no es una actitud inocente. Sea por no compartir pensamientos o por no mediar simpatía, se descartan a veces sugerencias o puntos de vista de antemano. No prestar atención alcanza y sobra para que este objetivo. Todos sabemos de gente de bajo perfil y formas disímiles de proceder a las nuestras, que han hecho cosas dignas de ejemplo o de destacar. Solucionando problemas, temas pendientes o creando lo que luego sería algo a adoptar por muchos, sin evaluarlo demasiado. Prima como debe ser, el sentido común, el criterio, el entusiasmo, con la objetividad y enfoque acorde. Eso es lo que vale. La propuesta que no está contaminada de intereses propios, sino de intereses comunes que benefician, reditúan y mejoran la calidad de lo que se espera y necesita. Entenderlo así, además de ser inteligente, es práctico y constructivo.
Nora E. Cardarelli
DNI 14.510.012
Un vacío con forma de Dios
Hoy quiero llegar a los lectores de este prestigioso diario, con una reflexión basada en una historia de la cual podemos sacar una enseñanza de vida. Se cuenta de un niño heredero al trono en un antiguo reino, que recibió de su maestro un curioso regalo que consistía en un estuche con una forma muy extraña. Al dárselo le dijo: Conserva bien guardado este estuche porque sólo te servirá para guardar lo que sea lo más importante en tu vida. A medida que fue creciendo quería guardar lo que consideraba lo más importante para él. De niño quería guardar los juguetes, a medida que fue creciendo sus prioridades eran otras y quiso guardar ropa, alhajas, libros, elementos deportivos y muchas cosas más, pero la forma del estuche no le permitía guardar nada de eso. Llegó un día, en que muerto su padre, lo coronaron como rey, y fue grande su sorpresa cuando constató que el estuche tenía la forma de la corona. Este relato me lleva a una reflexión espiritual. Los seres humanos, como dijo alguién, tenemos dentro nuestro un vacío con la forma de Dios, que lo llena Dios o no lo llena nadie. La vida fue diseñada por Dios para que constituya una aventura maravillosa, para disfrutarla con experiencias hermosas cada día y así nos podamos sentir plenamente realizados, y sentir satisfacción por una vida con un propósito. Pero qué pasa, mirando a nuestro alrededor, y muchas veces a nosotros mismos, la vida se ha constituido en algo rutinario, aburrido, es como si vivir fuera una pesada carga, sin un objetivo concreto. Esa insatisfacción sólo se remedia dándole lugar a Dios en nuestra vida, y esto es sólo posible a través de Jesucristo, que murió en la cruz del calvario por nuestros pecados. Dijo el Señor Jesucristo: “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar”.
Jorge R. Alonso
Respuesta a un lector
El martes 5 pasado, el lector Roque Sanguinetti se hacía la pregunta de qué diferencia hay entre el terrorismo de 1960-70 en nuestro país y el yihadista actual. Si se refiere a las bandas de derecha militar y paramilitar, la diferencia es menor por la similitud en crueldad y sadismo, además de cierta ideología de dominación. Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre los yihadistas y las organizaciones revolucionarias político-militares populares y de izquierda de entonces? La misma que entre represores torturadores y los revolucionarios de mayo. O entre las tropas represivas nazis y las resistencias europeas. O entre el régimen del Apartheid sudafricano y el partido de Mandela. O entre quienes escriben la primera ‘boutade’ irreflexiva que les viene a la cabeza y el que escribe una argumentación informada y fundamentada. Otra cosa sería cuestionar el uso de la violencia a lo largo de toda la historia humana. Sin matices. Pero eso es otra historia. Esto debería responder su pregunta.
Hernán Arcocha
DNI. 24.820.496
Cuestión de tiempo
Nuevamente y de manera extraña y lenta vamos ingresando a nuestra Argentina por los umbrales de la decepción para unos, y lo enigmático por los alcances de la esperanza y el optimismo que despierta en otros. Se ha levantado de repente como una tormenta de parte de uno de los poderes de la república, que ha comenzado a revivir aquel optimismo que una buena parte de la sociedad había experimentado luego de aquel 10 de diciembre de 2015. Otorgándole la conducción del Estado a un partido relativamente muy joven, cuyo proyecto fue fusionarse con figuras políticas totalmente heterogéneas y provenientes de diversos espectros, que han modelado y modelan lo que pretendemos ser como nación. Democráticamente mucha gente creyó en su propuesta y por ella los eligió. Ahora bien, estamos a escasos días del mes de abril, y ha llegado el momento en que estos funcionarios que hemos elegido nos avisan que ya es impostergable y es necesario pagar el importe de una fiesta a la que asistimos todos, que duró 12 años y donde muy pocos se transformaron en multimillonarios, pero millones en pobres e indigentes. El periodismo serio y la Iglesia Católica, con dos mil años de experiencia acerca del acontecer de las relaciones humanas, a través de su universidad nos están poniendo al tanto de la situación, que como cada diez años en este país nos invita a empezar de cero, diciéndonos que nuevamente esto se superará “con sangre, sudor y lágrimas”. ¿Será esta la última vez que acontezca una nueva frustración?
Felipe Demauro