Ayer, 28 de diciembre, recordamos la muerte de los inocentes. Al respecto, quiero contar que desde hace largo tiempo trabajo promoviendo los derechos de la infancia y el pasado mes de noviembre lo dedicamos a celebrar los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Se realizaron hermosos homenajes, distinciones y se resaltó en todos ellos la ley nacional 26.061. Estoy contento por la comunión con tantos amigos y amigas con quienes vengo compartiendo esta causa desde el año 1968. Pero también estoy asustado por sentir más presente, cada día que pasa, el gesto de Herodes. Cuenta Mateo en la Biblia: "...Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los magos". Hoy buscamos la seguridad bajando la edad de imputabilidad, sin atacar las causas que fabrican victimarios. De algún modo imitamos a Herodes, multiplicando las fuerzas policiales para que nos liberen de esos menores víctimas expuestos a ser victimarios. Sin embargo, no hay presupuesto para apoyar a tantos profesionales que con cariño acompañan a esos niñas, niños y adolescentes, dándoles mejor calidad de vida y una infancia más plena.