Aunque las mujeres superan a los varones en la participación total del mercado laboral (94,7% vs 90,9%) el número lleva implícito una desigualdad en su interior. La mayoría lo hace por el tiempo que destina al segmento del trabajo no remunerado, especialmente doméstico y de cuidados, donde superan a los hombres tanto en porcentaje como también en horas destinadas a esas tareas. Esta relación es inversa cuando se trata del “trabajo en ocupación”, como la encuesta denomina a las actividades realizadas para el mercado, es decir remuneradas, sean formales o informales.
La Enut 2021 puso en evidencia “las larguísimas jornadas de trabajo que tenemos aquellos que trabajamos remuneradamente”, destacó la economista feminista y especialista en Género y Políticas de Empleo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Valeria Esquivel, en una entrevista con Telam, al analizar la cantidad de horas que dedican los varones (9,06 horas) y las mujeres (7,34 horas) al trabajo remunerado.
Esquivel _quien diseñó y coordinó la Encuesta de Uso del Tiempo de la Ciudad de Buenos Aires en 2005, el primer antecedente en el país en la utilización de este tipo de instrumentos_ señaló que “esto entra en tensión con la posibilidad de brindar cuidados, pero aún las mujeres que se encuentran ocupadas, cuidan por 5 horas diarias en promedio”.
De hecho, la encuesta muestra que la participación en las distintas actividades de trabajo varía de acuerdo con el sexo. En el trabajo "en ocupación", el porcentaje de varones que lo realiza supera al de las mujeres (55,9% vs s 37,7%). En cambio, las mujeres participan en el trabajo no remunerado en mayor proporción: el 91,7% realiza trabajo doméstico, de cuidado o de apoyo a otros hogares o voluntario, mientras que, en el caso de los varones, lo hace el 75,1%.
Esquivel, afirmó que “la medición del uso del tiempo es la pintura de lo que en realidad es la economía”. Dijo que “estamos acostumbrades a que la economía sea aquello que se transa en el mercado, que tiene precio. Y en términos de tiempo, esta es la pintura total. Las personas vivimos en sociedad, les niñes van a la escuela, les adultes están cuidados, con la suma de los trabajos remunerados y los trabajos no remunerados. No los vemos, pero cuando los vemos, si los quitáramos no funcionamos, y en algún punto, esto que es algo que la economía feminista viene diciendo hace un montón de tiempo”, dijo Esquivel.
Esa diferencia prácticamente no muestra distinciones según la región, pero sí por nivel educativo. “La proporción de mujeres que lleva a cabo este tipo de tareas disminuye en aquellas con mayor nivel de instrucción: el 95,9% de las mujeres con hasta primario incompleto realiza trabajo no remunerado, mientras que el 89,7% de las mujeres con terciario o universitario incompleto y más lo hace”, revela la encuesta.
A la inversa, “los varones aumentan su participación conforme se eleva el nivel de instrucción: el 71,8% de los varones con nivel educativo bajo realiza trabajo no remunerado, en tanto ese valor asciende a 80,8% cuando se trata de los de nivel elevado (terciario o universitario incompleto y más).
En simultáneo
El mandato _durante tantos años incorporado como un valor en el imaginario de las mujeres_ de que son capaces de hacer varias cosas al mismo tiempo, esconde en su origen la profunda desigualdad en el abordaje de las tareas domésticas al interior de un hogar. Ponerlo en números, al menos permite interrogar esta suerte de dogmas.
La Enut midió la simultaneidad en las diferentes tareas que realizan varones y mujeres, tanto en la ocupación tradicional (trabajo de mercado remunerado), como en el trabajo doméstico.
Al analizarlo se observa que “si se compara el tiempo con simultaneidad del trabajo en la ocupación (8,27) con el medido sin simultaneidad (7,53 horas), la diferencia es de poco más de 30 minutos”. En cambio, “en el trabajo no remunerado, la diferencia entre ambas mediciones es de 1,16 horas (5,18 horas y 4,01 horas del tiempo con y sin simultaneidad, respectivamente)”.
Esto demuestra que “en el trabajo no remunerado hay mayor propensión a realizar más de una actividad a la vez que en el trabajo en la ocupación”, reveló la Enut.
Si se pone la lupa al interior de esto, se observa que no hay demasiadas diferencias entre hombres y mujeres cuando se trata de una ocupación, es decir un empleo fuera del hogar. En cambio “sí hay una diferencia respecto del trabajo no remunerado: las mujeres suman 1,42 horas con simultaneidad, mientras que los varones aumentan 0,42 horas su carga de trabajo”, revela la encuesta y señala que “en este sentido, las mujeres son principalmente las que realizan más de una actividad en simultáneo en el trabajo no remunerado”.
Quién hace qué
Al ahondar un poco más sobre las tareas específicas que realizan ambos sexos, la Enut muestra que el 91,7% de las mujeres y el 75,1% de los varones realizan trabajo no remunerado (6,31 y 3,40 horas respectivamente). En el desagregado, se observa que a tareas de cuidado están abocadas 31,4% de las mujeres contra el 20,3% de los varones. Ellas destinan a esa actividad 6,07 horas mientras que ellos 3,30 horas.
Otra de las tareas no remuneradas es el trabajo de apoyo a hogares para la comunidad y voluntario. Allí están presentes el 9,3% de las mujeres y el 6,1% de los varones, y la diferencia horaria es prácticamente similar, 3,58 vs 3,41 horas respectivamente.
Sin embargo, la mayor desigualdad en términos de participación y horaria se da en la tercera dimensión del trabajo no remunerado que es el doméstico, es decir las tareas hogareñas. De esa actividad participa el 90% de las mujeres contra el 69,1% de los varones y en horas, la diferencia es de 4,06 vs 2,38 horas.
Allí la encuesta también abrió los números y observó que sobre ese total de horas dedicadas exclusivamente al trabajo doméstico, a preparar y servir la comida se aboca el 63,6% de las mujeres, contra el 24,6% de los varones, es decir apenas un tercio. En tanto, a limpiar la vivienda se dedica el 77,1% de las mujeres contra el 44,9% de los varones.
A lo largo de la vida
Cuando se analiza por sexo el trabajo total, las diferencias observadas entre varones y mujeres se mantienen a lo largo de la vida, señala la Enut. En todos los grupos de edad, los varones participan en mayor proporción y dedican más horas al trabajo en la ocupación que las mujeres, en tanto estas superan a los varones en el trabajo no remunerado.
Sin embargo, en las edades centrales es donde estas diferencias se observan de manera más marcada. En el caso del trabajo en la ocupación, el porcentaje de participación de las mujeres de entre 30 a 64 años es del 49%, mientras que la de los varones llega al 71,7% (22,7 p.p. de diferencia).
En lo que respecta al trabajo no remunerado, el 95,7% de las mujeres realiza este tipo de tareas, cuando en los varones lo hace el 77,7% (18 p.p. de diferencia a favor de las mujeres).
Con relación a los tiempos, si bien los varones de 30 a 64 años dedican más tiempo al trabajo en la ocupación (1,37 hora más), la diferencia es menor que la observada en el caso del trabajo no remunerado (las mujeres dedican 3,26 horas más que los varones). De esta manera, cuando se tiene en cuenta la cantidad de horas promedio destinadas al trabajo total por día, las mujeres (10,54 horas) superan a los varones (10,02 horas).
Demandas de cuidado
Finalmente, la encuesta también aborda un tema que quedó muy expuesto en pandemia vinculado con los cuidados y las exigencias que hay al interior de los hogares, la mayoría de las cuales recaen sobre las mujeres. El relevamiento lo corroboró al señalar que “al considerar el tiempo en el trabajo total, las personas en hogares con demandantes de cuidado dedican 10,47 horas promedio por día a las actividades productivas, contra 7,45 horas de quienes no pertenecen a hogares con demandantes de cuidado”.
Pero a su vez “cuando se analiza este comportamiento por sexo, se observa que la mayor parte de esta carga recae sobre las mujeres”, detalla. En el caso de los varones, la participación en el trabajo en la ocupación y en el trabajo no remunerado se mantiene prácticamente inalterable con la presencia o no de personas demandantes de cuidado. De cualquier manera, cabe mencionar que cuando se analiza en cantidad de horas, los varones que se encuentran en hogares con demandantes incrementan el tiempo dedicado al trabajo no remunerado (4,36 horas) con relación a quienes no lo están (3,03 horas).
El aumento de la carga horaria de los varones es menor al observado entre las mujeres: en tanto aquellas que pertenecen a hogares sin demandantes de cuidado realizan 4,33 horas por día de trabajo no remunerado, las que conviven con demandantes le dedican el doble (8,59 horas).
A esto se le suma el incremento de la tasa de participación en estas tareas (de 90,0% a 93,9% en el caso de las mujeres en hogares con demandantes). Es decir, no solo más mujeres realizan trabajo no remunerado, sino que el tiempo que cada una de ellas dedica es mayor.