La inflación derivada de la crisis global comenzó a impactar en las economías de la región. Los precios mayoristas en los Estados Unidos registraron en noviembre una suba de 7,4% anual y 0,3% mensual, mientras que en Brasil avanzó 0,41% en noviembre y completó así dos meses seguidos de escalada, según datos difundidos ayer por el instituto brasileño de estadísticas (IBGE).
La evolución de los precios mayoristas en Estados Unidos registraron en noviembre una suba de 7,4% anual y 0,3% mensual, informó ayer la Oficina de Estadísticas del Departamento del Trabajo de ese país, algo que mete presión a la FED que decidirá su próxima suba de tasas de interés.
La suba interanual del índice de Precios al Productor (IPP) fue de 7,4% interanual, frente al 8,1% de octubre, mientras que la variación mensual fue de 0,3% impulsada especialmente por los servicios, componente que subió 0,4% mensual, una aceleración frente al 0,1% de octubre.
Si se excluyen los valores volátiles de la energía y los alimentos, el índice núcleo fue de 6,2% anual y 0,4% mensual.
El dato anual fue el más bajo en 18 meses, ayudado por la resolución de los problemas en las cadenas de suministro globales. Sin embargo, el índice mensual fue superior al esperado: un grupo de economistas encuestados por la agencia Bloomberg estimaba 0,2%.
Esto alimenta el temor de que los aumentos de precios en Estados Unidos, inicialmente vinculados a los alimentos y la energía (cuyos commodities subieron fuertemente en el mundo como resultado de la guerra entre Rusia y Ucrania), se comienzan a trasladar a los servicios.
Dentro de estos últimos, los precios de la industria financiera treparon 11,3%, un alza que se vio compensada parcialmente por los costos del transporte de pasajeros que cayeron 5,6%, indicaron los datos oficiales.
Este aumento en los servicios coloca con mayor presión a la FED a la hora de decidir su política monetaria en los próximos meses. Si bien el mercado descuenta que en la reunión monetaria de la próxima semana, la entidad moderará su suba de tasas a unos 50 puntos porcentuales luego de cuatro subas consecutivas de 75 puntos-, se teme que, frente a una inflación que no baja lo suficientemente rápido, la FED continuará con más subas en 2023 y no comience a recortar la tasa hasta entrado 2024.
Por su parte, el Índice de Precios al Consumidor Amplio de Brasil acumula un alza de 5,90% en los últimos 12 meses. La inflación en noviembre estuvo impulsada por los transportes (0,83%) _por repunte en combustibles_ y los alimentos y bebidas (0,53%).