La nueva ministra de Producción de Santa Fe, Alicia Ciciliani, no disimula su intención de dar un giro en la gestión de la cartera que hasta principios de diciembre ocupó Luis Contigiani. Las fuertes intervenciones en situaciones de crisis, acompañadas de una confrontación directa con el gobierno nacional, se computan en el discurso de la funcionaria como propias de una etapa de "emergencia" que busca dejar atrás. Su objetivo, asegura, es volcar esfuerzos en la planificación y en el área de contralor del Ministerio. En esa inteligencia, reclama al gobierno nacional que "estabilice la macroeconomía", al mismo tiempo que subraya su vocación de reforzar el diálogo.
Además de enfatizar su buena relación personal con funcionarios nacionales del área de Producción y Agroindustria, ofrece un acercamiento. Quiere negociar la adhesión de la provincia a la ley que modificó la ley de accidentes de trabajo. Tras participar en el acto de fin de año de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), Ciciliani expuso a este diario ejes de su gestión. Dijo que la presión del cambio tecnológico sobre el mercado laboral es inevitable, y consideró necesario crear una red de capacitación de trabajadores desplazados por ese proceso.
—¿Cuáles serán sus ejes de gestión al frente del Ministerio?
—Hay dos cuestiones. Primero hay que recordar que el Ministerio de Producción tiene funciones de contralor. A esa función, que no aparece muchas veces en la agenda, hay que darle impulso. Por ejemplo, el control del río Paraná. ¿ Cómo puede ser que con en una cadena de valor del pescado de río como existe, cada diciembre haya pescadores que tienen que pedir un bolsón de comida?. Hay que ver quién se queda con la plata de la cadena, y hay que cuidar el río. Hay que poner gente preparada en las comisiones fiscalizadoras. El otro tema es el control de los fitosanitarios. No podemos estar debatiendo en este momento en Argentina si prohibimos o no un herbicida. Lo que hay que plantear es cómo controlar la aplicación correcta de ese herbicida. Y esa es una función del Estado. Ni hablar de la sanidad animal y de la defensa del consumidor. Luego está la tarea de promoción, que es la más visible. Hay que promover la innovación, con la que se llega a llega a la micro y pequeña empresa. Debemos ver cómo sacamos a ese sector de la condena de la baja productividad. Aspiro dejar plantada una red institucional que vaya en ese camino.
—El Ministerio de Producción viene de una gestión con perfil alto y definido. ¿Va a continuar así?
—Fue un perfil formado en la emergencia. Porque le tocaron dos emergencias, que dejaron bajo agua a media provincia. Y cuando te traga la emergencia te obliga a estar muy fuerte del lado de los damnificados pero te quita energía para la planificación. Ojalá no tengamos tantas emergencias. Por eso yo pido estabilidad macroeconómica. Porque en esta inestabilidad macro, va a ser muy difícil planificar.
—La emergencia también se dio con las crisis de industrias. Su gestión arranca con la profundización de algunas de ellas, como los despidos en Vassalli.
—Estamos en la cuarta revolución industrial y en la revolución del conocimiento y la tecnología. Si nosotros, los dirigentes políticos, sociales y económicos de la provincia no entendemos lo que está pasando en esta revolución y vivimos añorando el pasado, vamos a ver cómo nos pasa por nuestras narices el cambio tecnológico. Lo que nos queda es asumir este cambio. Yo estoy viendo que hay crisis de productividad, de mercado interno e inestabilidad macro. Pero estoy mirando en el fondo que la tecnología desplaza al obrero. Eso es algo que no está discutido en Argentina. Ni el sistema tributario ni la protección a los trabajadores. Con el Ministerio de Educación tenemos que trabajar para ver cómo nos paramos para tener un sistema de protección laboral. Quiero poner en la agenda sistema profesional de apoyo y protección a los trabajadores que tienen que ir de un lugar a otro. Tiene que tener un ingreso, además de su indemnización, mientras se prepara para el otro trabajo. Los países centrales debaten sobre renta básica y nosotros tenemos seguro de desempleo de 3 mil pesos. Me invitó el secretario de industria de la Nación a conversar y voy en forma urgente. Estos temas me apasionan. Hay que trabajar en red en investigación y capacitación. La DAT, el Cideter en Las Parejas, el centro tecnológico de Cañada de Gómez, son nuestro orgullo.
—¿Se va a anunciar el traspaso de Sancor Centeno?
—Hay un conflicto sindical. Porque aparentemente el gremio Atilra quiere imponer que dentro de la nómina de trabajadores de la planta haya representantes del sindicato, y el nuevo empresario, que llega a Santa Fe y quiere invertir en un nuevo emprendimiento, quiere tener el derecho de elegir a sus 34 trabajadores. Están tratando de resolver el conflicto. No podemos perder esa oportunidad. Aunque asumió como ministro de Obras Públicas, Pedro Morini, ex secretario de Lechería, sigue ese proceso porque es el que tiene que poner el moño.
—Su llegada al Ministerio coincide con el desembolso por parte de la Nación , un año después, de un tramo del fondo tambero.
—Es maravilloso. Yo opino que esto debe ser una política de Estado. No podés hacer política electoral en temas de producción y trabajo. En los países desarrollados, esto no pasa.
—¿Anticipa una relación menos ríspida con el gobierno nacional?
—No inicié ningún proceso de charla pero a Miguel Etchevehere, titular de la cartera nacional de Agroindustria, lo conozco desde 2011 cuando hacíamos campaña con Hermes Binner. Es un hombre de diálogo, Cuando fijemos los objetivos y tengamos claro qué acordar, lo vamos a ir a visitar.
—En el discurso durante del acto de fin de año de Fisfe adelantó que estudian adherir a la ley nacional de ART.
—Sí, siempre y cuando estén las comisiones medicas al alcance de los trabajadores. No puede ser que un trabajador de Reconquista tenga que trasladarse a Santa Fe para tramitar su caso.