“No hay forma de calificar esta situación es gravísima, que atenta contra los derechos más básicos de los ciudadanos argentinos por el desprecio contra lo que significa tener hambre”, señaló Enrique Martínez, ex titular del Inti y actual coordinador del Instituto para la Producción Social. Se refirió a la decisión del gobierno nacional de avanzar en el desmantelamiento de cualquier tipo de asistencia social a los sectores más vulnerables, tal como quedó en evidencia con la retención de alimentos por parte de las autoridades del Ministerio de Desarrollo Social.
Martínez recordó que en los gobiernos anteriores, incluso los más neoliberales, mantenían una política asistencia. “Aquí se desentienden de la situación y le tiran el problema a quien está sufriendo, además vemos las más vergonzosa situaciones, no solo el ocultamiento de la disponibilidad de alimentos sino que no están comprando nada porque no decidieron reemplazar el actual mecanismo de distribución por ningún mecanismo”.
El especialista consideró que las condiciones sociales son similares a las del 2001 pero “ideológicamente estamos peor porque aquello de que se vayan todos fue una mera explosión y había una estructura que se animó a poner el pecho y que, aunque no lo hizo del todo bien, al menos había contención social y vocación para encontrar una salida productiva”. En este caso, aseguró, “no hay ni una cosa ni la otra, lo que hay es una búsqueda de capitales externos que no se sabe cuáles son para que traigan dólares”.
“El problema original es que no tenemos suficientes divisas para el intercambio comercial y para comprar las cosas que necesitamos para producir, a consecuencia que la industria argentina está cooptada hace décadas y de manera creciente por corporaciones multinacionales. Las exportaciones menos las importaciones no alcanzan para suministrar las divisas que se necesitan para mandar regalías, utilidades, servicios de abogados, etcétera, al exterior. Eso genera un creciente problema de divisas, de deuda y de futuro. Y cuando el futuro parece no ser para todos, aparecen los problemas. Si la sociedad no cree que hay un futuro modesto para algunos este más promisorio para otros, pero futuro para todos, si seguimos razonando como que el capital extranjero va a salvarnos, vamos a empeorar las cosas”, señaló.
La economía de hoy
El autor del libro “Del Estado de bienestar al Estado transformador”, recordó que en su obra planteaba que el modelo estatal de protección social vigente se estaba agotando y que era necesario “darle participación a la gente de atender las necesidades básicas”. Pero en este caso la transformación es “a la inversa”.
“Esta gente no tiene esa intención, somos millones de personas que no sabemos cómo reaccionar frente a ese monstruo, que lo creó en parte de la prensa, en parte de la corporaciones y en parte el desaliento por gobiernos anteriores”, señaló.
Desde su punto de vista, hay que discutir“ ejecutivamente con programas alternativos y hay mucho gobierno con vocación popular que está limitándose a confrontar con Milei”.
“Creo que hay un camino de salida que no se está viendo. Hay varias provincias gobernadas por este gente con otra sensibilidad y con otra vocación. La provincia más grande de la Argentina, por ejemplo. Pero hay varias más. Y hay centenares de municipios gobernados con la misma gente. Esa gente no está mostrando un proyecto alternativo de emergencia, no se hacen alianzas con los productores de hortalizas y frutas de cercanía o con los productores pequeños, no se organizan distribuciones diferentes a las tradicionales para que haya comida en los colegios. Eso no lo está impidiendo Milei, simplemente lo está impidiendo la ausencia de ideas de quien confronta comida. Me parece que si aparecen ideas concretas que se ejecuten y que pueden ser en forma inmediata de gente que quiera hacer las cosas distintas”, señaló.
Recordó que hace cuatro años, su asociación civil instaló un portal de comercio electrónico tratando de distribuir alimentos producidos por cooperativas, la agricultura familiar y pymes. Incorporó a este momento más de 40 proveedores de alimentos y otros bienes de consumo.
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“Pero hay miles de proveedores pequeños a los cuales nunca se los tuvo en cuenta ni se los estimuló, que no forman parte de las licitacionespúblicas. Hay una ley pendiente de acceso a la tierra, una necesidad de organizar a las producciones pequeñas. Hace algunos meses con Fecofe, una federación con sede en Rosario que agrupa a 58 cooperativas, hemos incorporado sus productos al portal. Estamos a punto de incorporar los productos de una organización que es estigmatizada porque participa de toda la marcha de protesta, como el FOL, porque produce esta indumentaria de excelente calidad y no tiene forma de canalizarla. Nosotros no podemos resolver el problema pero sí podemos mostrar el camino de cómo se resuelve se está en términos de hacer un análisis histórico de la situación que estamos viviendo y como también protagonista de aquellos momentos”, indicó.
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El hambre como consecuencia de la pobreza
“El hambre es una consecuencia de la pobreza, que es una consecuencia de la concentración espantosa de bienes y de medios de producción que se ha dado en la Argentina, a consecuencia de una dependencia creciente. Somos un país que se acerca peligrosamente al concepto de la colonia, pero ya no de una colonia que se desarrolla, sino que involuciona respecto de un país soberano”, advirtió.
Opinó que Milei “ha elegido una variable monetaria mirando libros de hace siglo y medio, que nos llevan a lo peor de lo peor, a ajustar incluso sobre el hambre de los jubilados o de los niños”. Y todo por un plan que se limita a buscar gente que preste plata porque “nadie tiene referencias de que este presidente y su equipo tenga idea de la diferencia entre un tornillo y un bulón”.