Adrián Giacchino fue designado nuevo presidente del Banco Municipal de Rosario. Inicia la gestión en el medio de la pandemia y su efecto devastador en la economía. Y el nuevo titular de la entidad financiera pública, próxima a cumplir 125 años, considera que debe cumplir un rol en la reconstrucción económica local. Aseguró en ese sentido que el subsidio de tasas es la mejor herramienta para asistir al sector productivo y será “una línea central de trabajo”. De hecho, es un mecanismo que le fue muy familiar durante su actuación como líder regional del Banco de Inversión y Comercio Exterior (Bice), entre 2004 y 2017. Giacchino también fue director del Nación en 2017 y 2018. Durante su nueva tarea será acompañado por Patricia Cosgrove, Sebastián Azerrad y José Barraza en el directorio, y contará con el asesoramiento de Eduardo Ripari, quien durante doce años fue director y presidente del BMR.
—Si bien tu designación al frente del Banco Municipal fue refrendada por amplia mayoría en el Concejo, hubo objeciones sobre tu participación en el directorio del Banco Nación durante la presidencia de Javier Gonzalez Fraga. También te vincularon indirectamente con los directivos de Vicentin. ¿Qué respondés a esos cuestionamientos?
—Fui director en el Banco Nación entre abril 2017 y noviembre 2018, es decir períodos anteriores a la situación de público conocimiento sobre la relación entre el BNA y Vicentin. Durante el período en que fui director la situación de la empresa fue absolutamente normal y dentro de los parámetros fijados por la normativa. Incluso el último balance que presentó durante mi estadía, al 30 de octubre de 2017, tenía la máxima calificación interna de la linea gerencial del banco. Es más, integrando la Comisión Integral de Riesgos instruí antes de irme, por divergencias con el Ministerio de Economía, un análisis de los grandes deudores del BNA, que incluía Vicentin. Mantenía a esa fecha una buena performance. Es claro que los problemas sobrevinieron con posterioridad a mi función. No puedo hacerme cargo de las cosas que ocurrieron cuando no estuve y tampoco de decisiones que no suscribí. Desde luego, como santafesino, me preocupa saber cómo se llegó a esta instancia, y espero que encuentre una solución lo más rápido posible.
—¿Cómo se encuentra el banco en materia de depósitos, créditos y solvencia?
—Hay dos análisis. El que corresponde al balance general cerrado a fin de 2019, y el que obedece a la información provisoria disponible hasta el 31 de mayo de este año. Son dos escenarios completamente distintos. El cierre de 2019 muestra buenos números, apoyado en la rentabilidad extraordinaria que proveyeron las Leliq, tanto ese año como el anterior. El 2020 se está dando en un marco distinto. En primer lugar, por el cambio en la política monetaria del gobierno, con fuerte baja en la tasa de deuda remunerada del BCRA, que toma el sistema financiero en su conjunto. Desde marzo, tras la llegada de la pandemia y la necesidad de atenuar sus efectos, las autoridades impulsaron vía el Central cierto direccionamiento de las asistencias crediticias a tasas activas más bajas e incluso por debajo de algunas tasas pasivas. Por ejemplo, los préstamos a tasa 0 en tarjetas de crédito y los otorgados al 24% a las pymes. En el primer semestre de 2020 se ve esta dinámica: depósitos creciendo algo por debajo del sistema financiero, créditos adecuados a lo que dispone el regulador por la pandemia, con muy buena performance, y la solvencia en niveles semejantes a los que muestra la media del sistema. En cuanto a la situación actual, lo veremos cuando esté disponible el informe semestral a junio. Con este contexto, la receta es múltiple, crecer en negocios y servicios, desarrollar programas de financiamiento adecuados, y austeridad en los gastos.
—¿Cuál es el principal desafío que se enfrentarán en el marco de la pandemia? ¿Cuáles son tus planes para la entidad?
—El Banco Municipal está alcanzado por las generales de la ley de cualquier entidad financiera regulada por el BCRA, que exige llevar a cabo ciertas políticas crediticias que impactan en la estructura de la cartera de la entidad y en su rentabilidad. Esta es una prioridad para el equipo directivo, en términos de cómo adaptar el plan de negocios vigente que, por supuesto, sufrió y sufrirá reacomodamientos. La idea es terminar de adaptar el plan de negocios vigente para este año, convirtiéndolo en un programa sustentable de política comercial para el escenario de pandemia durante 2020. Deberá ser la base a partir de la cual se desarrollará el plan de gestión comercial 2021-2024. Lo que se puede anticipar es que el foco estará puesto en la dinamización y ayuda a la recomposición del capital de trabajo de las mipymes del área de influencia del banco, así como en la potenciación del trabajo que se está haciendo con el resto de las industrias que atendemos en el Gran Rosario. Sin ser economista, entiendo que el desafío de las entidades financieras en general será acompañar al BCRA en insertar la oferta de dinero extraordinaria que se generó durante la cuarentena dentro de la economía y del sistema productivo en particular, como palanca necesaria de la recuperación. El BMR será en ese sentido una pieza más de la política monetaria y financiera nacional. La primera clave de la recuperación económica sin inflación o la menor posible, será justamente aumentar paulatinamente la demanda de dinero por parte de los agentes económicos. Eso se podría lograr de la mano de volcar los pesos extra de la cuarentena hacia la producción.
—En marzo se pusieron en marcha una serie de líneas para asistir a los sectores más afectados por la cuarentena. ¿Cómo ha funcionado su repago? ¿Hay una decisión de extenderla?
—Las líneas que habilitó el Central fueron otorgadas, siempre en cumplimiento de los límites regulatorios del BMR. Respecto de su repago, hay que aclarar que la autoridad monetaria dio plazos de gracia para comenzar a recuperar esa cartera que aún estamos transitando, por lo cual, desde un punto de vista técnico, hay que decir que toda esa cartera está en situación “normal”. Respecto de la decisión de extenderlas, primero deberemos esperar a la regulación del BCRA respecto a qué pasará con las líneas vigentes. También debemos destacar acciones propias. Se dará continuidad a la gestión conjunta con la Secretaría de Producción y Empleo. De hecho fue el canal de alguna de las líneas. Estamos en contacto con Sebastián Chale y su equipo, para enfocarnos en lo que viene. No sé si llamarlo reconstrucción económica, pero será complejo. Nos proponemos simplificar líneas, instrumentos y poder continuar o potenciar lo que son líneas con subsidios de tasas, para relanzarlas. El subsidio de tasa es un instrumento fundamental para esta etapa, volviendo a la nueva normalidad. Lo trabajé mucho en mi gestión en el Bice. Permite asignar partidas donde más se necesita y genera valor. También lo hizo Sebastián en su anterior paso por la Secretaría. Es uno de los instrumentos más virtuosos que buscaremos optimizar, para comercio e industria, es una línea de trabajo central.
—En los últimos años, el Municipal desarrolló el área de fideicomisos y fondos fiduciarios. También tuvo experiencias con la colocación de títulos, con el caso de la municipalidad de Córdoba. ¿Esas líneas de trabajo se potenciarán?
—El siglo veintiuno requiere bancos modernos, que crezcan con mesura apoyando a la producción y cercanos a la gente. Ello se logra mejorando en dos frentes. El de una banca retail ágil, que mejora permanentemente la experiencia del cliente, y el de una banca de inversión que se moderniza, busca financiamiento donde no se visualiza, colaterizando el riesgo,para mejorar la calidad del financiamiento sin exponer su patrimonio. El banco tiene una agenda de liderar un segmento de apoyo para mejorar la sinergia entre el sistema financiero y el mercado de capitales. A través de BMR Mandatos, también actúa como fiduciario en fideicomisos de administración de garantía, administración y de inversión. Esta actividad posee un amplio abanico de posibilidades de desarrollo. Apuntamos a la continuidad y a estudiar nuevos aspectos de negocios y los servicios que permita realizar a terceros el BCRA. Hemos perdido, por decisión del gobierno provincial, el fideicomiso de la autopista a Santa Fe, que era una tarea importante. Debemos gestionar y buscar nuevos negocios, que los hay. En cuanto a la estructura, se estudiará en su momento conforme las necesidades y expectativas.
—¿Hay planes de expansión en materia de sucursales?
—El proyecto de expansión que hay en carpeta se basa en nuevos modelos de sucursal, cuyas características apuntan a una atención automatizada y ágil, utilizando plataformas personalizadas y canales alternativos. El Banco Central las denomina Puestos Permanentes de Promoción. Hay planes en carpeta.
—¿Qué rol puede cumplir el Banco Municipal para contribuir a la recuperación y a que el sector privado se adapte a la llamada “nueva normalidad”?
—Rosario siempre se ha caracterizado por tener un sector privado muy fuerte y dinámico. A mi criterio, tiene una característica distintiva, casi única: de los grandes aglomerados urbanos, la ciudad no es sede un sector público grande, ya que no es capital de provincia. El sector público siempre actúa en términos económicos como un atemperador de los ciclos. En Rosario esto no está disponible. Esto hace que la actividad económica sea más volátil. Los cambios son más bruscos. Entiendo que el desafío del banco es convertirse en una herramienta ágil para responder contracíclicamente, especialmente en los momentos recesivos. Es lo que nos ha instruido el intendente Javkin. Esto implica un desafío constante. Supone tener herramientas comerciales de asistencia financiera para la coyuntura y otras más estratégicas o de largo plazo. Este accionar lleva, asimismo, a mantener un equilibrio con “la otra cara de la moneda” que hay en un banco, que son los depositantes. No hay que perder de vista que, al final del día, quienes principalmente financian todas las acciones comerciales que emprendemos, son los rosarinos que confían sus ahorros al banco.