“Hay todo un público que opera en los márgenes y al que el discurso de Javier Milei supo expresar en el momento indicado con el discurso contra la casta”, señaló el economista Eduardo Crespo. Caracterizó al candidato presidencial más votado en las Paso como “un emergente” de ese mundo de informalidad amplia que se conoce como “economía barrani”, en su malestar contra las propuestas del sistema político. El reconocido investigador de las universidades de Río de Janeiro y Moreno, advierte que las expectativas que alimentan esa conexión no tienen necesariamente correspondencia con su verdadero ADN político y la eficacia de su plan económico. Por el contrario, advirtió que, aunque no la considere impracticable, una dolarización de la economía terminará probablemente en una crisis bancaria.
“Hay un porcentaje muy grande de la población que está totalmente informalizada, desde el delivery o el uberista a los que están mejor, como los prestadores del servicio de economía del conocimiento al exterior; es una economía que no tiene vacaciones pagas ni indemnización y que, más bien, ve el Estado como un obstáculo porque no le garantiza un moneda, la posibilidad de ahorrar o le cobra impuestos por servicios muy malos”, describió Crespo al ahondar entre el cruce de las propuestas del candidato con la economía barrani, que viene siendo foco de sus últimos artículos y estudios.
En diálogo con el programa radial La Banda Cambiaria, el economista señaló que en ese mundo no entran las balas con advertencias sobre la pérdida de derechos en un gobierno de derecha. “Hay todo un público que opera en los márgenes y el discurso de Milei dio en la tecla con todo este discurso de la casta, más allá de que pertenezca a ella”. Es “claramente un emergente de esa economía”, agregó.
En ese sentido, apuntó, Milei tiene “muchos puntos de contacto” con el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro. “Se presenta como novedad contra la vieja política, aunque no lo sea; canaliza el rechazo conservador a los movimientos que vinieron que vinieron de progresismos en los últimos años, y adopta el programa utltraneoliberal, que después no se cumple”. Por caso, aclaró, Bolsonaro “en el último año de campaña aumentó el déficit y el gasto público más que los gobiernos anteriores”, dijo.
En el caso del ultraderechista argentino, la propuesta que capturó a buena parte del electorado fue la de la dolarización de la economía, presentada como una fórmula para eliminar la inflación.
La dolarización
“La dolarización no es imposible, no hay que mentirse en eso, lo que sí va a tener son muchas dificultades desde el inicio y muchas más después”, advirtió Crespo.
La apuesta se basa, aclaró, en la creencia de que “los argendólares” son dólares porque “no hay dólares suficientes para convertir todos los depósitos bancarios”. De modo que, “en la medida en que haya confianza en que se van a devolver, la gente creerá que son dólares, cuando deje de creerlo, habrá una crisis bancaria y volveremos a los patacones”.
Otro problema pendiente es el de las deudas en pesos del Estado, como las Leliq, a las que habrá que “convertir en dólares o defaultear”.
En el primero de los casos, crecería exponencialmente la deuda externa. “Podría ocurrir que un boom de exportación o un viento de cola estire esa situación y tengamos incluso alguna fiesta con lo que creemos que son dólares pero es un camino repleto de obstáculos y creo que el final de la historia ya lo conocemos: al primer shock, la primera crisis internacional, la caída de exportaciones, una sequía, va a haber una crisis bancaria, y ahí el Banco Central no va a tener ningún margen para actuar, si es que hay uno porque están hablando de eliminarlo”.
Desde su punto de vista, “no hace falta atarse las manos” para domar la inflación. En cambio, propone un lento y firme proceso de recuperación del peso, “con un régimen cuya condición necesaria, aunque no suficiente, debe ser el compromiso de garantizar que quedarse en pesos sería rentable”. Luego, agregó, hay que ir a un plan de estabilización que “combine aumento de tasas, menor déficit fiscal porque en estas circunstancias se dolariza, alguna política de ingresos, salir del cepo y ordenamiento de precios relativos”.
El escenario de partida es muy complicado. El triunfo de Milei en las Paso, justamente, “favorece la dolarización de facto”, ya que los paralelos suben con la demanda de inversores que se anticipan a una dolarización oficial. “En ese contexto, llegó la devaluación del gobierno, “casi inevitable con u$s 11 mil millones de reservas negativas en relación a los vencimientos inmediatos”. A diferencia de lo que hizo con Macri, el Fondo “no está dispuesto a financiarle a Massa un tipo de cambio barato que termine apalancando la fuga, por eso pide una devaluación”. A partir de ahí, el camino a las elecciones estará condicionado por la aceleración inflacionaria y la caída de ingresos. “Hemos entrado nuevamente en aguas muy turbulentas”, indicó.