El tren es el medio de transporte del Primer Mundo, donde no sólo compite con otros, sino que es el medio elegido por excelencia en cuanto a horarios, confort, tranquilidad y accesibilidad y donde las terminales ferroviarias son verdaderas ciudades y orgullo arquitectónico. Por eso, quienes asistimos asombrados a la destrucción, aniquilamiento y clausura en nuestro país de los trenes, rogamos por la vuelta de este servicio social y esencial en la provincia. Señores gobernador, ministro de Obras y Servicios Públicos, legisladores y representantes del pueblo: ustedes deberían, en forma inmediata, reactivar los numerosos ramales y vías férreas que surcan la geografía de nuestra provincia, la que orgullosa le debe al ferrocarril su historia: ramales en el Norte (departamentos Vera, Obligado, 9 de Julio) que conecten con Salta, Chaco y Formosa. Ramales en el sur (departamentos Rosario, General López, Constitución) que conecten con Córdoba y Buenos Aires. Ramales en el oeste (departamentos San Cristóbal, San Martín y Caseros) que conecten con Córdoba, Santiago del Estero y Tucumán. Ramales en el este, que conecten con Entre Ríos y Corrientes y ramales en el corazón mismo de nuestra querida Santa Fe. Es necesario que el tren vuelva a nuestra llanura, que se despierten de esta terrible siesta los poblados y ciudades que no pidieron su despedida. Señores representantes: las vías aún laten en su mayoría, acondicionémoslas junto a un coche motor y la voluntad política de su reactivación. La decisión es de ustedes, no depende de la Nación. Comencemos aquí, en nosotros mismos, para luego ampliar este sueño que puede ser realidad como lo fue en décadas pasadas. Acompañemos al tren bala con los trenes de la esperanza. Las rutas colapsadas, los muertos por minutos, los accidentes traumáticos, las tardanzas y demoras en forma continua, entre otros, así nos lo exigen.