Avanza en el Concejo y ya tendría consensos para su aprobación el proyecto que propone darle a la plaza Sarmiento su Paseo de la Lectura. Con inspiración en los buquinistas que venden libros a la vera del río Sena en París, la propuesta es darle puestos permanentes a los libreros para convertir el espacio en un atractivo turístico y cultural.
Aunque el diseño y la ejecución quedan abiertos a criterio del Ejecutivo, la idea es que los ocho vendedores de libros usados que actualmente funcionan allí en condiciones precarias tengan estructuras fijas, a salvo de las inclemencias climáticas. De este modo se busca embellecer la tradicional feria ubicada en el corazón de la ciudad, potenciar su actividad y ordenarla.
Actualmente, el grupo se ve obligado diariamente a armar y desarmar los puestos, además de alquilar depósitos en la zona, trasladar las mesas y los libros para guardarlos al cierre de la jornada.
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Foto: Héctor Rio / La Capital
Luz verde
La iniciativa de Hernán Calatayud (PDP) ya se acordó en las comisiones de Cultura y Educación, Gobierno, y Presupuesto y Hacienda, y se votaría en la sesión del próximo jueves. El proyecto refuerza la importancia de apostar a la cultura como herramienta de integración, educación y revitalización urbana, consolidando el espacio de San Luis y Corrientes como un punto de referencia para la vida social y cultural de Rosario.
"La iniciativa plantea una intervención urbana de baja inversión y alto impacto que permitirá ordenar y embellecer un sector céntrico altamente transitado; mejorar las condiciones laborales de los puesteros; fomentar la lectura, la reutilización y el acceso democrático a los libros; y recuperar la identidad cultural de un espacio histórico de la ciudad", explicó el concejal.
De este modo, el Paseo de la Lectura se enmarca en experiencias exitosas desarrolladas en diferentes partes del mundo, como Francia, donde la puesta en valor de ferias de libros no solo fortalece el acceso a la cultura, sino que también genera identidad, turismo y movimiento en los centros urbanos.
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Foto: Leonardo Vincenti / La Capital
Libros a salvo
Para ese fin, planea que se instalen estructuras fijas sobre el sector comprendido en la acera de calle Corrientes, entre calles San Luis y San Juan, que sirvan para darle a los vendedores (que están allí hace cuatro décadas) un espacio apropiado y protegido de la lluvia, que aseguren condiciones laborales adecuadas y permitan la continuidad del servicio independientemente del tiempo, y a su vez mejoran la calidad visual de la feria.
El impulsor del proyecto lo destacó de esta manera: “Con una intervención sencilla, logramos transformar un sector clave de la ciudad en un espacio atractivo, cultural y educativo, que dignifica el trabajo de quienes sostienen la feria de libros y, al mismo tiempo, ofrece un lugar de encuentro para todos los rosarinos”, cerró.
"Los buquinistas están hace 400 años en París, y su formato fue evolucionando a puestos que pueden cerrarse y quedan cubiertos. Es un lugar donde además de libros, se puede a ir a buscar objetos viejos de interés. Todo lo referente a lectura, cultura, arte, recuerdos, pinturas. Esto puede construir algo místico, espectacular, que sirva hasta para desarrollar un polo turístico y cultural", agregó.
La propuesta también tiene otra referencia más cercana: los puestos fijos de venta de libros, revistas, discos compactos, cassettes, vinilos y DVD que existen desde hace más de 30 años en el parque Rivadavia de la ciudad de Buenos Aires. Y se familiariza con una aún más próxima, a unas pocas cuadras: las estructuras fijas que se instalaron en plaza Montenegro para establecer un mercado.