Joaquín Levinton está comiendo una empanada de jamón y queso en la planta alta de Basquiat, el bar que está en Wheelwright y Paraguay, antes de la zapada que hará junto a Nico “Ríspico” Ottavianelli en el marco de la previa del show de este sábado, desde las 20, en Sala de las Artes. “Sírvanse muchachos” invita, mientras Marcelo Bustamante empieza a pensar qué luz conviene más para sacar la imagen que ilustra esta nota.
Levinton es la cara de Turf, la banda que lleva 27 años en la ruta, que atravesó una crisis que mantuvo separada a la banda siete años entre 2007 y 2014, pero desde allí sigue a caballo de clásicos que, a esta altura, parecen indestructibles.
Birra mediante, es noche de jueves, y cuenta: “«Yo no me quiero casar y usted» es una de las más populares del cancionero popular, junto con «La guitarra» de Los Decadentes y un par más. Somos un clásico de la cultura popular argentina”.
Turf - Yo no me quiero casar y usted (video oficial) HD
En un ágape cálido y luego de unas palabras del productor local Leo Zuppone, Levinton y Ríspico desempolvaron algunos clásicos y de inmediato se vivió el clima festivo de cualquiera de sus shows, pero en un plano más íntimo. “Magia blanca” fue una de las más celebradas; y con el cover de “Lamento boliviano”, de Los Enanitos Verdes, el encuentro con la prensa se convirtió en una suerte de karaoke, con celulares filmando y caras de alegría, justamente lo que apunta Turf.
En las letras de sus temas, no aparece nunca el diario del lunes, ni la grieta, ni las luchas sociales. Y así lo explica Levinton: “Nunca hablamos de la realidad y no lo vamos a hacer a esta altura del partido. Es lo mejor que tenemos, hacemos música para generar felicidad. Nosotros buscamos provocar alegría”.
Con más de 1.3 millones de oyentes mensuales en Spotify, que se suman a las millones de reproducciones de sus videos en YouTube, Turf sigue de pie en base a esa fórmula que Levinton le revela en exclusiva con La Capital: “Aquel que está triste, después de nuestro show es posible que se vaya contento. La música tiene ese poder y esa capacidad de hacerlo, entonces ¿por qué no hacerlo si es posible?. Por ejemplo, si yo estoy re deprimido me pongo un tema de Los Decadentes y ya estoy feliz, así de fácil; o escucho “Taxman”, de Los Beatles, y me pongo contento. Incluso hasta puede ser sanadora nuestra música”.
Luego de agotar el Gran Rex y cerrar las vacaciones de invierno con un lleno total en el Microestadio de Tecnópolis, la banda que actúa este sábado en Rosario presentará su disco en todo el país y prepara su gira por España y México, al tiempo que también dirá presente en el Primavera Sound Buenos Aires en noviembre.
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Marcelo Bustamante/La Capital
“Lo que es válido es que nosotros, después de casi 30 años podemos cantar estas canciones y siguen viniéndonos a ver. Y nos pagan para hacerlo”, dice Levinton, que viene de tener rotación mediática por su participación en “Masterchef” y ahora se lo ve con una chochera evidente por el lanzamiento del nuevo material de la banda: “Renacimiento”, que es el séptimo disco de estudio de la banda.
Para Levinton ya no se le baja más el precio a las bandas pop, como solía ocurrir en las tribus rockeras de los años 80. De todos modos, considera que esa discusión es antigua, porque “la gente no se fija en esa diferencia” de géneros. Claro que él da su mirada y, a su manera, marca la cancha: “Una cosa es el pop y otra la música popular. Música pop suena más a algo pasajero o superficial. Nosotros, en cambio, apuntamos a otra cosa, como en el tema nuevo «Todo por nada», que habla de transformar la violencia en balas de algodón, es que disfrazados de lúdicos decimos muchas cosas. Turf tiene momentos de intensidad musical. Nosotros no somos pop, somos populares”.