Joan Manuel Serrat, de gira por Argentina junto a Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos para presentar el espectáculo "El gusto es nuestro, 20 años", volvió a referirse ayer al referéndum independentista que intenta efectuar Cataluña y se defendió de las acusaciones de "fascista" que recibió tras sus primeras declaraciones sobre el tema.
Las funciones de "El gusto es nuestro-20 años" incluirán cuatro shows en el Luna Park a partir de mañana y continuarán en Córdoba y el 6 de octubre desembarcará en el salón Metropolitano, de Rosario. La primera gira de ese espectáculo se cerró en diciembre de 1997 en Argentina con presentaciones en las ciudades de Rosario, Córdoba y Mar del Plata, periplo que finalizó con 10 funciones en el Luna Park.
"El Gobierno del Partido Popular podría en estos últimos cinco años haber ayudado más de lo que ha hecho a la causa de la estabilidad, en vez de dejar que las cosas se fueran pudriendo sin tener respuestas en ningún momento que pudieran dar salida a las cuestiones que en Cataluña se planteaban, ninguneando constantemente al problema", declaró Serrat al presentar el cierre de la gira. "No digo que sea el Partido Popular ni el Gobierno los que tienen toda la responsabilidad pero sí buena parte de ella", advirtió.
Serrat lamentó el impacto de sus recientes declaraciones sobre el referéndum soberanista en Cataluña, cuando dijo que "no representaba a nadie" y cuestionó la fractura social que generó. La consulta programada para el próximo domingo ha sido suspendida por la Justicia y rechazada por el Gobierno central español".
"Es una situación muy propicia a las exageraciones y a las barbaridades. Que se tilden de fascistas mis declaraciones es o desconocer lo que es el fascismo o directamente buscar el insulto a una persona como el que se puede buscar a un árbitro de fútbol cuando pita algo que no nos gusta", declaró. El autor de "Mediterráneo" instó a que a las opiniones sean claras y "cada uno ponga las suyas arriba de la mesa para saber dónde estamos y de qué estamos hablando". "El maltrato nunca es agradable", subrayó.
Miguel Ríos salió a su defensa: "Meter a Joan en esta controversia es de lo más injusto porque Joan fue el mayor propagandista de la catalanidad y hay que estar muy zumbado, es de muy mala leche decirle fascista". Por su parte, Ana Belén consideró que "estamos entre la locura y la obcecación, y entre esos dos extremos no ha habido diálogo", advirtió. "Además, una vez pasado ese día 1, realmente el problema va a ser entre catalanes y catalanes y recomponer eso va a ser muy jodido", afirmó.
Víctor Manuel expresó por su parte que en los últimos meses "hubo una aceleración de la sinrazón tan potente, ha habido como una especie de llamada de unos pocos a la subversión, a decir no acatemos el orden establecido".
Serrat ya había sido consultado en Chile sobre este punto cuando el show se presentó en Santiago. "La convocatoria del referéndum en Cataluña no es transparente porque está creada con una ley elaborada por el Parlament, pero a espaldas de los demás miembros del Parlament", dijo en Santiago de Chile, según consignó en ese momento la agencia Efe.
En esa misma oportunidad, el artista puntualizó que es "favorable" a los referendos, pero criticó que en el caso catalán las fuerzas soberanistas lo convocaron con una "ley exprés" y sin dejar margen al diálogo. Este tipo de referéndum a mí no me da la sensación de que pueda representar a nadie", apuntó y consideró que tanto a la Generalitat como al Gobierno central les convenía mantener el conflicto para "tapar unos años de recortes económicos y corrupción política".
En la capital chilena el cantante añadió que aunque "independencia es una palabra hermosa que inflama el corazón de los jóvenes y que moviliza a las gentes", no estaba seguro de sus consecuencias prácticas: "De donde cobrarán los subsidios de salud, como se mantendrá el sistema sanitario, con qué dinero se pagarán".
clásico. Miguel Ríos, Ana Belén, Víctor Manuel y Joan Manuel Serrat.