En Santa Teresita, una familia se reúne para organizar anticipadamente la cesión de bienes, ante la inminente muerte del padre. Entre la herencia, un parque de diversiones abandonado, llamado “La gesta heroica”. La obra homónima, escrita, dirigida y protagonizada por Ricardo Bartis ya agotó dos funciones en Rosario, y a pedido del público, se podrá volver a ver este viernes 4 y sábado 5, a las 21, en el CEC (Paseo de las artes y el río).
La decadencia familiar entra en solución de continuidad con la decadencia de un paisaje en ruinas. El mundo familiar que se presenta como campo de batalla. Martín Mir, Marina Carrasco y Facundo Cardosi interpretan a los tres hijos (Ernesto, Elena y Lorenzo, respectivamente), mientras que el propio Bartis se pone en la piel de “El Padre” (al personaje lo nomina solamente su rol soberano). En una versión libre del “Rey Lear” de William Shakespeare, la puesta invita a preguntar qué produce la tragedia y a pensar lo heredado como deuda, como trampa.
Entre restos de calesitas, autitos chocadores, tiro al blanco, “el Padre” y los hijos menores esperan al mayor en la casa balnearia para liquidar el trámite. “El territorio donde ocurre es un territorio en caída. Cualquier comparación con nuestro país, es eso, una comparación. Es un reino en desgracia, con todo lo que eso implica”, contó Ricardo en diálogo con La Capital.
La obra toma varios pilares para construir su desarrollo. “Me interesaba el ‘Rey Lear’ de Shakespeare, tenía un vínculo intelectual con ese material: pensaba qué hipótesis podían aparecer para hablar de Shakespeare ahora, y que de alguna manera estaban circulando. La estructura familiar es un territorio muy transitado, pero al mismo tiempo es una unidad social, eso permite que el rebote emocional y temático sea muy directo. Eso también nos interesaba”, detalló Bartis.
Una obra en diálogo con un clásico
“La gesta heroica” recupera algunos núcleos de la tragedia clásica del dramaturgo británico: el costumbrismo (que llega al título de esta versión), lo grotesco, lo decadente (otra vez), que se manifiestan de formas particulares en las tramas familiares. Un padre enfermo y cansado se vuelve hostil con los hijos que lo acompañan en sus últimos días. Está humillado por repartir una herencia precaria, que contiene el fracaso de un proyecto que claramente (por su nombre) tenía aspiraciones de grandeza. Vale recordar que en la obra original, el protagonista reúne a sus tres hijas con la intención de dividir el reino entre ellas, pero acorde al afecto que cada una esté dispuesta a manifestarle. Lo que está en juego de fondo, no es lo material.
Para Bartis, retomar a Shakespeare “permite discutir teatralmente, permite discutir con otras miradas sobre los clásicos y sobre la producción que sobre esos clásicos se hace”.
“En general la propuesta escénica de los textos de Shakespeare es voyeurística. A mí eso no me produce mucho interés. En el caso del ‘Rey Lear’, es una obra particularmente emblemática, porque es una de las obras más complejas, sino la más. En general se la enuncia de esa forma pero se la hace muy mal. Por supuesto que esta versión es muy libre, pero con un vínculo muy respetuoso, intelectualmente amoroso con el texto de Shakespeare”, compartió el director.
En este sentido, las obras clásicas resuenan con más contundencia en tiempos de crisis, en tanto permiten volver sobre algunas temáticas centrales de la humanidad. “Puede sonar como una pedantería dicho así, pero es un material explosivo. Es muy singular, muy reflexivo de una realidad que se nos impone. En ese sentido también es shakesperiana, porque las fuerzas que se desatan no pueden ser entendidas o totalmente entendidas por quienes las padecemos. Es una desgracia inevitable que nos ha caído encima y que se ejecuta sobre nosotros, entonces me parece que en ese sentido el material es muy dinámico”, afirmó Ricardo.
El Padre tiene la necesidad de ver una y otra vez la película “Rey Lear” (1983), protagonizada por Laurence Olivier. “Es una persona muy negativa desde todo punto de vista. Es misógino, es autoritario, pero al mismo tiempo está, y eso me parece conmovedor, en el final de sus días, contemplando que su proyecto personal, vital, está por extinguirse porque se va a morir pronto”, contó Bartis sobre el personaje que interpreta.
“La gesta heroica” fue estrenada en 2023, en el Teatro Nacional Cervantes, con el protagónico de Luis Machin. Ese rol fue luego adoptado por Carlos Defeo, quien falleció en octubre del año pasado. Ante el impacto de esta pérdida, y después de un necesario tiempo de repliegue, el equipo decidió retomar el proyecto con Bartis encarnando al Padre, en lo que marcó su regreso a la actuación después de casi treinta años.
“Fue tremendo para nosotros. Tardamos mucho tiempo en salir del marasmo que nos produjo su muerte. Encontramos que la única manera que veíamos de poder proceder era si hacíamos un reemplazo interno. Y así fue. Decidimos ensayar en febrero y estrenar en marzo”, confió Ricardo. Desde ese regreso, la obra sostiene con éxito tres funciones semanales en Buenos Aires, que “para el teatro alternativo es una enormidad”.
“Hasta el momento, la gente responde muchísimo. Es una obra que va por su segundo año. En Rosario se llenaron dos funciones y tuvimos que agregar más. Fue una experiencia muy grata”, apuntó.
Además de las cuatro funciones de “La gesta heroica”, Bartis llevó adelante estas semanas una instancia de formación actoral en Rosario, apuntada a quienes trabajan con la actuación y la dirección. La experiencia comenzó con cupo lleno y sigue en el mes de octubre. La docencia es una de las ocupaciones principales del director, que desde 1986 lleva adelante el Sportivo Teatral en Buenos Aires.
A pesar de su extensa, casi inabarcable, trayectoria en teatro y cine, de los premios acumulados, y de su lugar indiscutido de referente como artista, Ricardo rechaza esa posición e insiste en afirmar un lugar de aprendizaje constante. “No me considero un maestro ni nada por el estilo. No tengo verdades para afirmar, sino más bien dudas que surgen de mi trabajo, y preguntas que me surgen a mí vinculadas al lenguaje y a la actuación. Carezco de cualquier hipótesis certera”, cerró Bartis.