Raquel Mancini sigue enojada con el bullying que sufrió en la televisión argentina. La actriz y modelo fue blanco de duras críticas por las cirugías estéticas a las que se sometió y que terminaron causándole daños irreparables. Uno de los más la castigó, según aseguró la artista, fue Andy Kusnetzoff, quien, aseguró, todavía le tiene que pedir perdón.
"Hay personas que me tienen que pedir perdón todavía, por ejemplo, Andy Kusnetzoff. Él se rió mucho de mí cuando hacía CQC. Y cuando yo trabajaba para la radio y estaba de notera, en pleno acto de la CGT, me dijo: 'qué hacés acá, Mancini'. Y le respondí: 'Estoy haciendo lo mismo que vos, ¿no me ves que estoy con un micrófono y un grabador?'. Y lo ponían al aire y se reían", sentenció
"¿No lo volviste a cruzar en el último tiempo?", le preguntó el Fer Dente en "Noche a Dente". “No, no me lo crucé. Me llaman todos los años cincuenta veces para ir al programa y no voy a ir nunca. Eso no se lo perdono. Sufrió mi familia, sufrí yo y las personas que me quieren. Hay un límite, no me jodan más, ya no dejo que me jodan más. El límite lo pongo yo”.
También reveló que fue víctima de violencia de género. “Me cagaron a trompadas, me desfiguraron la cara", contó Mancini visiblemente conmovida, y explicó: "Tuve que ocultarme frente a mi familia y frente a la gente. La pasé muy mal. Más allá de los golpes, me humillaron. La humillación duele más que los golpes. Y mentir, y ocultar, y no ser...".
"Era yo, pero lo hacía para no lastimar a los otros, no por mí. Yo no quería que las personas que me quieren, que estaban cerca mío, me vieran así y yo trataba de alejarlos un poco, que no me vieran con un ojo mal o llorando, o me vieran mal cuando estaba con esa pareja”. añadió.
“Mi familia me rescató. Me fueron a buscar mi mamá y mi papá. Me fui a vivir a Quilmes con un representante de jugadores de fútbol, (Gustavo) Mascardi, un monstruo. Él ahora vive en España”, recordó sobre su relación con el representante de futbolistas con quien estuvo en pareja. Y concluyó: “Mi mamá me fue a buscar a Quilmes y me dijo: ‘Basta, esto se terminó'".