No Te Va Gustar abrió su gira internacional en Rosario. Y lo bien que hizo. La Capital asistió al primero de los dos shows que la banda ofreció antenoche (el otro fue ayer) y fue una celebración. No solo porque hacía dos años que la banda uruguaya liderada por el compositor y cantante de Munro, Emiliano Brancciari, no salía de gira, sino porque además era el primer recital que se hacía con aforo completo en el Anfiteatro Municipal. Fueron 4500 almas, más otras 4500 la segunda noche, que vibraron en la misma frecuencia emocional de los NTVG. Porque, como si fuera poco, la noche del miércoles pareció hecha a medida, ya que hasta el clima parecía un cómplice de esta fiesta pagana. Con un sonido impecable, la banda abrió con “La rama”, primer corte de “Luz”, el nuevo disco creado en tiempos de pandemia. Contrariamente a lo que sucede cuando cualquier artista presenta un tema nuevo, aquí la gente empezó a corear el estribillo como si fuera un clásico. Y para demostrar, por si hacia falta, que el grupo tiene línea directa con los corazones, tocaron después “Al vacío”, y pegadito “A las 9”. Pocos artistas abren un show con tres temas de tres discos distintos, y los Note lo hicieron. “¡Qué noche hermosa Rosario!”, dijo Emiliano, a manera de preludio de un show que, adelantó, sería un recital “largo”. Y vaya si cumplió. Fueron dos horas y media de música en una veintena de canciones, en las que concurrieron muchos de los hits de los últimos veinte años. Nada menos. Y el público se dedicó a disfrutar, desde lo más nuevo de “Luz” (“Como un animal”, “Mi ausencia”, “Dejo atrás”) hasta joyitas de discos pasados como el interminable “Chau”, de “Por lo menos hoy” o el bello “De nada sirve”, de “Todo es tan inflamable”, compuesta en aquellos tiempos en los que la banda jamás imaginaba esta masividad. Simplemente porque optaron por elegir “El camino más largo”, disco que también homenajearon con “Tan lejos”. Brancciari es el maestro de ceremonias delante de una banda ajustada y ensayada, que puede ir del country a la música disco, de la murga a la balada y del rock al reggae sin flaquear en la intensidad y demostrando que puede sumar matices en cada nueva puesta en escena. La claridad del color de voz de Brancciari sirve a la perfección para que las letras calen más hondo. Le puede cantar a una novia perdida de su juventud, como a su amada abuela Josefina, o también criticar al poder, mofarse de las presiones del sistema o alentar para que no te caigas porque “mañana va a ser un gran día, te lo digo yo” (“No hay dolor”). Hasta los temas más tristes inspiran un coro de miles de personas, un revoleo de remeras y los brazos arriba bien alto. No Te Va Gustar volvió a demostrar que Rosario siempre estuvo cerca. Hasta pareció que en “No era cierto”, el último bis, la gente le estaba diciendo lo que él cantaba: “Volvé a tu casa cuando quieras”.